A los 14 años, campesinos son sicarios del narco


Un estudio elaborado por catedráticos de la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, revela que los jóvenes que viven en el campo ingresan a las filas de la delincuencia organizada y el narcotráfico, a partir de los 14 años, y según cifras del INEGI el 49 por ciento de los mexicanos no tienen estudios más allá del nivel primaria.

Esto fomenta la inseguridad a nivel nacional, y de acuerdo a indicaciones del estudio en los estados fronterizos como Chihuahua, Baja California, Nuevo león, Tamaulipas y Coahuila, es donde hay un mayor registro de jóvenes engrosando las filas del crimen organizado para convertirse en sicaritos y “mano de obra barata y desechable” y que por unos cuantos pesos matan por encargo.

Así lo afirmó el líder de la Unión General Obrera, Campesina y Popular, Luis Gómez Garay, quien reveló que el fenómeno de la inseguridad, incluido el estado de Veracruz, pretende dañar nuestra convivencia por lo que es necesario aplicar todo el peso de la ley a quienes la violenten, incluidos todos aquellos servidores públicos que por miedo o por interés económico estén coludidos con grupos delincuenciales.

Señaló que cerca de dos millones de jóvenes campesinos desempleados, se convierten “en mano de obra barata y desechable del crimen organizado”, e hizo saber que en México la crisis económica, el desempleo, la inseguridad y la pérdida de valores van ligados.

Las cifras oficiales señalan que en el segundo trimestre del año el desempleo abarcó a 2 millones 600 mil personas de las cuales muchos son jóvenes que suelen buscar refugio en las organizaciones delictivas, esto como opción de ingreso económico y reiteró que no les interesa convertirse en “mano de obra barata y desechable” para el crimen organizado.

Ante tales hechos, propuso al gobierno federal, llevar a cabo un nuevo modelo educativo, una estrategia de impulso a valores sociales y mejores condiciones de ingreso para los mexicanos ya que estos son instrumentos para acabar con el crimen organizado.

Más adelante, indicó que de acuerdo a investigaciones realizadas por especialistas en la materia dependientes de la Universidad Autónoma de Nuevo León, “los jóvenes ven como un medio de subsistencia ante la carencia de una política de Estado el incorporarse a las filas de la delincuencia organizada primero como consumidores de drogas o vendedores de estupefacientes y después convertirse en los conocidos “sicaritos”.

Se pronunció porque el Gobierno Federal y los gobiernos de los estados incluyan la participación ciudadana en la elaboración de políticas y leyes que, junto con una cultura de valores y prevención, atiendan la problemática de inseguridad.

Aclaró, que si bien la tasa de desocupación es más alta en las localidades grandes, en donde está más organizado el mercado de trabajo; en las zonas rurales de menos de dos mil 500 habitantes la tasa de desempleo se ubicó en 3.6 por ciento por lo que aseguró que el campo es la solución a nuestros problemas incluido el de inseguridad ya que al generar empleos se reactiva la economía de una nación y se cierra la puerta a las actividades ilícitas.

Añadió que lo anterior es indispensable toda vez que estudios de la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, revela que los jóvenes ingresan a las filas de la delincuencia a los 14 años y que según cifras del INEGI el 49 por ciento de los mexicanos no tienen estudios más allá del nivel primaria.

Insistió Gómez Garay, que el mismo estudio indica que en los estados fronterizos como Chihuahua, Baja California, Nuevo león, Tamaulipas y Coahuila, es donde hay un mayor registro de jóvenes al crimen organizado convirtiéndose en sicaritos y “mano de obra barata y desechable” que por unos cuantos pesos matan por encargo.

Más adelante, al hacer un balance de los efectos negativos que deja la inseguridad entre los jóvenes del medio rural, propuso relanzar al agro “necesitamos ser más competitivos y aprovechar los recursos naturales como son los recursos hídricos ya que los ríos deben ser palancas de desarrollo a través de la construcción de presas y distritos de riego para tener un campo más rentable”.

Advirtió que gobierno federal y gobiernos estatales, entre ellos Veracruz, están comprometidos a no negociar con el crimen organizado por lo que la participación social es indispensable.

Calificó de positivo el reconocer que la construcción de una política de Estado en materia de seguridad requiere de la participación de todos los sectores de la sociedad, de ahí que las organizaciones campesinas también tengan muchas ideas que aportar para evitar que las nuevas generaciones de campesinos se enrolen en las filas del crimen organizado ante la falta de un empleo.

El líder social puso como ejemplo el estado de Veracruz donde las organizaciones campesinas coinciden con el gobierno del estado en la necesidad de crear mejores espacios de educación con un modelo que responda a las nuevas exigencias.

Sentenció que en Veracruz sus habitantesreclaman el aprovechamiento de los recursos naturales y de la posición geográfica para atraer inversiones que generen nuevas fuentes de trabajo, la construcción de obra pública de alta calidad y la introducción de servicios.

0 comentarios:

Publicar un comentario