Surgieron cuatro grupos del narco en 2011; El Chapo es el capo más poderoso


En lo que va del año se han configurado cuatro nuevos grupos de narcotraficantes, de acuerdo con análisis de inteligencia de las secretarías de la Defensa Nacional, de Marina y de Seguridad Pública federal.

Las nuevas bandas son el cártel de Los Caballeros Templarios y los grupos de sicarios Cártel de Jalisco Nueva Generación, La Resistencia y La Mano con Ojos.

Según los informes oficiales, en nuestro país operan, en la actualidad, siete organizaciones que alcanzan el rango de cárteles y siete grupos de sicarios o brazos ejecutores.

Los cárteles son el de Juárez, liderado por Vicente Carrillo Fuentes; el de Tijuana, encabezado por Fernando Sánchez Arellano; el de los Beltrán Ley­va, dirigido por Héctor Beltrán Leyva (que posee una vertiente en el centro del país denominada cártel del Pacífico Sur); el de Sinaloa, liderado por Joaquín El Chapo Guzmán, Ismael El Mayo Zambada y Juan José Esparragoza El Azul; el del Golfo, encabezado por Mario Cárdenas Guillén y Eduardo Costilla El Coss; el de Los Zetas, dirigido por Heriberto Lazcano Lazcano El Lazca, y el de Los Caballeros Templarios, bajo el liderazgo de Enrique Plancarte El Kike y Servando Gómez Martínez La Tuta.

Paralelamente, se asienta que el cártel de La Familia Michoacana ya está extinto: algunos de sus miembros se fueron con El Chapo; otros, con Los Zetas y el resto fundó Los Caballeros Templarios.

Hoy en día, el cártel de El Chapo opera solo y es el más fuerte, de acuerdo con las investigaciones. En tanto, los Beltrán Leyva se aliaron con Los Zetas y disputan a Los Caballeros Templarios las entidades de Morelos, Guerrero, Michoacán y el Estado de México.



Cárteles: muta el tumor

En los últimos meses han surgido cuatro nuevos grupos criminales y de sicarios que buscan apoderarse de rutas para el control del tráfico de drogas y de territorios para diversificar sus actividades delictivas en el país.

Destacan los denominados Cártel de Jalisco Nueva Generación, La Resistencia, La Mano con Ojos y Los Caballeros Templarios.

Según los análisis de información de inteligencia, obtenidos de las secretarías de la Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública (federal), esos grupos son escisiones de las organizaciones delictivas de La Familia Michoacana, Familia Mexicana, Cártel Independiente de Acapulco —de Édgar Valdez Villarreal La Barbie—, de Los Beltrán Leyva, de Sergio Villarreal Barragán El Grande, así como del grupo operativo que dependía de Ignacio Nacho Coronel Villarreal, uno de los líderes del cártel de Sinaloa.

La información del gobierno federal precisa que la organización delictiva de La Familia Michoacana se extinguió por completo y que la organización de Los Caballeros Templarios no ha adquirido la misma fuerza de quienes los antecedió, ya que muchos de los miembros que se encontraban bajo el liderazgo de Nazario Moreno González El Chayo se han unido a organizaciones como el cártel del Pacífico y Los Zetas.

De acuerdo con los informes de inteligencia de las secretarías encargadas de la seguridad nacional, operan en el país siete cárteles y siete grupos de sicarios o brazos ejecutores de las principales organizaciones delictivas.

Los grupos que para el gobierno mexicano alcanzan el nivel de cártel son el de Juárez, liderado por Vicente Carrillo Fuentes; el de Tijuana, encabezado por Fernando Sánchez Arellano; el de los Beltrán Leyva, dirigido por Héctor Beltrán Leyva y que posee una vertiente en el centro del país denominada Cártel del Pacífico Sur.

Asimismo el cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín Guzmán Loera El Chapo, Ismael Zambada El Mayo y Juan José Esparragoza El Azul; el cártel del Golfo, encabezado por Mario Cárdenas Guillén y Eduardo Costilla El Coss; el de Los Zetas, dirigida por Heriberto Lazcano Lazcano El Lazca, y Los Caballeros Templarios, bajo el liderazgo de Enrique Plancarte El Kike y Servando Gómez Martínez La Tuta.



Grupos de sicarios

La organización criminal La Mano con Ojos, el Cártel de Jalisco Nueva Generación y La Resistencia, considerada como una reminiscencia del cártel de Los Valencia, son identificados grupos de sicarios al servicio de Los Beltrán Leyva, Sinaloa y Los Caballeros Templarios, respectivamente.

El gobierno federal determina que el abatimiento del líder de La Familia Michoacana, El chayo, en diciembre de 2010, provocó que la llamada Familia Mexicana, que agrupaba a la organizaciones enquistadas en Guanajuato, Estado de México, Guerrero y Michoacán, se diseminara provocando que Los Caballeros Templarios no sea una organización robustecida a pesar de que mantienen como su brazo ejecutor a La Resistencia.

Las organizaciones criminales, conocidas como Los Caballeros Templarios y Jalisco Nueva Generación son grupos criminales que surgieron de La Familia Michoacana e Ignacio Coronel Villarreal Nacho Coronel.

En un análisis sobre el comportamiento y la violencia que ejercen los grupos de delincuencia organizada relacionados con el tráfico de drogas, el gobierno federal establece que esos grupos han sufrido una recomposición y han establecido nuevas formas de trabajar determinando que el cártel de Sinaloa o Pacífico se encuentra operando solo.

En tanto, los integrantes de La Familia Michoacana, que tenían una asociación con el cártel de Sinaloa, se han adherido a esa organización y a Los Zetas. Se indica que el cártel de Sinaloa continúa enfrentándose con el cártel de Juárez en una posición de exterminio por el estado de Chihuahua.

Sin embargo, la agrupación que dirige el El Chapo Guzmán continúa siendo la más fuerte y sólida que opera en el territorio mexicano a pesar de la muerte de uno de sus líderes, el año pasado: Nacho Coronel.

Los estados de mayor conflicto por disputa del territorio y rutas de trasiego son Tamaulipas, donde prevalece una confrontación encarnizada entre el cártel del Golfo y Los Zetas teniendo éste último mayor presencia en el territorio tamaulipeco y con prevalencia a ocupar las rutas de trasiego en Nuevo León. De acuerdo con lo anterior, se determina que Los Zetas controlan desde el sureste, pasando Tabasco, hasta Tamaulipas.

En Durango, Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí las autoridades mexicanas han detectado que hay una lucha entre el cártel de Sinaloa y Los Zetas, lo que ha provocado innumerables enfrentamientos.

En tanto, que la organización de los hermanos Beltrán Leyva, en asociación con Los Zetas, mantiene una lucha directa contra Los Caballeros Templarios en Morelos, Guerrero, Michoacán y el Estado de México.



Experto advierte plaza para El Chapo

El arresto del jefe del brazo armado del cártel de Vicente Carrillo Fuentes, considerado por el gobierno federal como el golpe más importante durante su intervención en esta urbe, está lejos de significar el fin de las millonarias actividades de narcotráfico en esta frontera.

De acuerdo con diversos análisis, la detención de José Acosta Hernández El Diego significa más bien la preparación del terreno o “la luz verde” para la llegada de otro grupo: el cártel de Sinaloa, para controlar la plaza de Juárez.

“El gobierno federal mexicano le está apostando a la consolidación de un solo grupo criminal, y no porque funcionarios necesariamente reciban sobornos, sino porque están convencidos de que la consolidación de un solo grupo criminal, por definición, van a bajar los niveles de violencia con alto impacto social. Entonces ellos, en el caso de Chihuahua, le han dado a Sinaloa una luz verde”, dijo en entrevista Edgardo Buscaglia, abogado y economista experto en el tema.

El también profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), quien ha monitoreado la estrategia federal en su lucha contra el narcotráfico, expone que el gobierno ha decidido apoyar a un grupo —al cual le atribuye, además, la mayor capacidad de soborno— con la intención de, al menos, solucionar el problema de la violencia, principal enemigo del Partido Acción Nacional con miras a la elección presidencial del próximo año.

Pero ese tipo de soluciones no combate las raíces económicas ni políticas ni sociales del narcotráfico, sino que sólo permite la institucionalización de una mafia en el poder, expuso Buscaglia.

“Cuando tengas a Sinaloa ganando Ciudad Juárez, vas a tener una solución estilo Rusia al problema, y ésta es que institucionalizas a la mafia en el poder, y si lo haces, como lo hace el presidente Calderón, básicamente te bajan los homicidios, pero la ciudadanía sigue cautiva por un grupo criminal que está controlando todos los resortes del poder”, agregó el investigador.

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