Como si se tratara de una afrenta directa hacia el gobierno federal, en la víspera de la visita del presidente Felipe Calderón se han ejecutado a 7 personas. Nada más claro de lo que se vive en Juárez.
No ha sido suficiente el 'bunker' en que se ha convertido Ciudad Juárez unas horas antes de que el presidente pise tierras chihuahuenses por segunda vez en menos de 10 días, ni los cientos de militares y federales que construyen retenes y se pasean por la ciudad.
La estrategia parece no intimidar al crimen organizado, por el contrario, lo provoca e impone el terror sobre la sociedad, como lo ha venido haciendo en los últimos años en la moribunda Juárez, que busca ser rescatada del colapso de forma tardía por el gobierno.
Calderón arribará a Ciudad Juárez escoltado y sumamente protegido, ahí, en ese contexto, la violencia no se percibe, pero en las calles, las mismas que se han adueñado el narco, la violencia y la desintegración de una sociedad desesperada, el terror se huele a cada paso.
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