¿Zona de narcos? La lujosa colonia donde vivía 'El Compayito'


La casa donde la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) capturó a Óscar Osvaldo García alias “El Compayito” se encuentra en medio de dos de las colonias con más alto nivel de vida en el sur de la ciudad de México: San Jerónimo Aculco y San Jerónimo Lídice.

En esta zona, las casas en condominio, como la 230 de la avenida Luis Cabrera donde vivía Osvaldo García, están tasadas aproximadamente en 5 millones de pesos, hablando de las más austeras, según el sitio buyproperty.com

Tiendas exclusivas de muebles, de decoración u obras de arte se extienden por las vialidades principales a la par que autos sofisticados salen de lujosas residencias, previa apertura de garajes automatizados.

Los habitantes de esta zona han hecho de la montaña de esta parte de la Magdalena Contreras su refugio exclusivo, el verde de los árboles los distingue del gris de las colonias pobres de la capital mexicana.

La captura de “La Mano con Ojos” por la PGJEM es solo una de las detenciones de integrantes del crimen organizado en esta zona de la ciudad de México. También es una de las más cercanas a la delegación Tlalpan, lugar de ejecuciones y captura de narcotraficantes y de otros escándalos millonarios.

El opulento San Jerónimo

En esta colonia del Distrito Federal habitan 16 mil 479 personas de las cuales 7 mil 770 conforman la población económicamente activa. De estos el 100 por ciento tiene actividades económicas, es decir esta localidad tiene un grado de desocupación cero, uno de los más óptimos de toda la capital del país.

Lo anterior de acuerdo con índices de la Secretaría de Desarrollo Social de la ciudad de México, las cuales también advierten que en este lugar el 75.98 por ciento de las viviendas tiene acabos que podrían considerarse de lujo como pisos de mosaicos y techos de madera.

El 28.05 por ciento de la población económicamente activa de San Jerónimo reconoce tener salarios mensuales por arriba de los 10 salarios mínimos. Mientras que el 60 por ciento señala que percibe entre 5 a 10 salarios mínimos por mes.

No es raro ver por la avenida Luis Cabrera automóviles de lujo como Citroën, Volvo, Bently o Mercedes circular por la zona incluso para ir a hacer las compras de la semana.

Y no es para menos pues de acuerdo con las estadísticas el 85.79 por ciento de los habitantes de San Jerónimo aseguran contar con automóvil propio.

'El Compayito' no ha sido el único

Una mujer de piel casi blanca, facciones finas, cabello ondulado muy bien cuidado y una atractiva figura fue detenida el 18 de septiembre de 2007 por la Siedo a las afueras de un VIPS en San Jerónimo, su nombre, Sandra Ávila Beltrán, alias La Reina del Pacífico.

Ella fue acusada de narcotráfico y nexos con cárteles colombianos, país de donde presuntamente trajo cargas de estupefacientes de acuerdo con las investigaciones.

Ese mismo día fue detenido Juan Diego Espinoza Ramírez, “El Tigre”, esposo de Ávila Beltrán, al salir de la panadería La Gran Vía de Plaza San Jerónimo.

Un año después, en 2008, el colombiano Tito Miller Parra Izasa, integrante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que fungía como intermediario con cárteles mexicanos reconoció en su declaración ante la Procuraduría General de la República que tenía hasta ese momento un domicilio en San Jerónimo donde llegó a almacenar hasta 400 mil dólares en efectivo.

¿Zonas de narcos?

Alfredo Castillo Cervantes, procurador de justicia del estado de México, dijo que este tipo de lugares, como San Jerónimo o Interlomas en Huixquilucan donde fueron detenidos otros integrantes de los Beltrán Leyva, no deben ser considerados como "focos rojos" por la presencia de este tipo de delincuentes.

A decir del procurador, este tipo de personajes escoge estas zonas para vivir, porque pueden pasar desapercibidos, particularmente por el tema de las escoltas.

"Las zonas muy exclusivas donde ellos buscan pasar desapercibidos por el tema de las escoltas y los autos blindados, más que un foco rojo, es el lugar donde ellos han buscado establecerse con sus familias, más allá de la lucha encarnizada que pueden tener", señaló el titular de la PGJEM.

Los vecinos del Compayito refieren que éste “pasaba de vez en cuando (Óscar Oswaldo García). Francamente no se le veía frecuentemente, pero cuando sí llegaba a estar no se veía sospechoso. El Compayito la verdad no parecía un sicario

“Francamente nunca pensamos que se dedicara a algo extraño; no fue hasta que los vimos en la tele y en los periódicos cuando nos dimos cuenta de quién se trataba”, dijo una persona que por obvias razones solicitó el anonimato.

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