Periodista presenta ‘Los morros del narco'


Ya nadie se escapa. La sangre nos ha alcanzado a todos.

Ésa es la realidad que Javier Valdez Cárdenas, autor del libro “Los morros del narco”, nos revela.

Hoy en día todos estamos sufriendo el resultado del narcotráfico.

Y es que el nivel de violencia ha llegado a tal punto que todos, estén o no involucrados dentro del narcotráfico, podrían perder la vida. En cualquier momento.

“Ya no tiene ninguna vigencia eso de que ‘el que nada debe, nada teme’”, dijo Valdez Cárdenas durante una presentación el sábado pasado. “La muerte en estas regiones es barata, es fácil”.

Cárdenas vive en Culiacán, Sinaloa, en donde escribe para el periódico La Jornada, es fundador del semanario Ríodoce y autor de varios libros que tienen como enfoque el tema del narcotráfico.

Durante la presentación habló acerca de algunas de las historias que se pueden encontrar en su más reciente libro y dejó muy claro que su intención es simplemente contar lo que él como periodista ha llegado a conocer sobre el narcotráfico.

“Lo que yo busco es retratar”, dijo. “Quiero que la gente entienda el narco como un fenómeno. Que vea que el tipo es un homicida pero que entienda el contexto del por qué”.

“Los morros del narco” cuenta varias historias de niños y jóvenes cuyas vidas han sido afectadas de varias maneras diferentes por el narcotráfico.

“Mi libro no es sobre el narcotráfico”, dijo el periodista. “Es un libro de personas en el narco”.

“Cuenta esta tragedia nacional y cómo nos está inundando”, añadió.

Para Cárdenas la violencia ya ha llegado muy lejos. La sociedad vive aterrorizada diariamente y los niños están perdiendo su inocencia, su infancia. Esto, según él, es lo más lamentable.

“Estos chavos van a vivir mutilados en sus sueños”, dijo.

Y todo esto a causa de un gobierno mexicano que no logra ponerle un fin, una solución al problema.

“Estamos en un país (México) que nos debería avergonzar a todos”, dijo Cárdenas. “Pero más al gobierno porque estamos asesinando el mañana”.
—¿Como periodista, algún día se imaginó que estaría escribiendo tanto sobre narcotráfico y tanta violencia?
—Cuando yo fundé Ríodoce dije: “me gustaría hacer una columna de crónicas del narco”. Y se aceptó, y entonces dije: ”¡qué chin - -ón!”. Pero yo no sabía lo que estaba diciendo. Obviamente no sabía que todo se iba a complicar a este nivel y ahora me siento atrapado, avasallado por el tema. Si antes me divertía, ahora me da miedo. Pero creo que hay que saber publicarlo, saber cubrirlo, saber tratarlo, para seguir escribiendo. Pero no me planteé, nunca, yo voy a escribir sobre el narco. Todo esto se fue complicando y los niveles de violencia son espantosos, muy muy lamentables.

—¿Le gustaría alejarse de esto o siente que tiene cierta responsabilidad?
—Yo no he pensado en retirarme. Quiero tratarlo desde una perspectiva humana y social de contar estas historias. Sobre todo las historias de heroicidad es algo maravilloso contarlo, decirlo. En medio de la perdición es como un faro del otro lado de la bruma que nos espera, que nos va a dar abrigo. Creo que yo no quiero dejar de escribir todavía. No siento que deba dejar de escribir. Creo que hay que seguir buscando siempre la manera de darlo a conocer, audaces, tal vez un poco irresponsables pero administrando la información, ubicando bien en qué ciudad estás y quién manda, pero seguir publicando. No he decidió ahora distanciarme, me mantengo aquí y teniendo cuidado.

—¿Cree que haya una solución para toda esta violencia?
—Te voy a decir lo que yo creo que puede ayudar, a mediano y largo plazo, que el gobierno les dé más recursos y atención a los niños y jóvenes. Ahora ni siquiera saben lo que está pasando, pero más que eso es que no les importa. Porque el miedo, el terror, ¿cómo lo mides? ¿en litros? ¿en metros? ¿en decibeles? No. No hay manera de medirlo. Y al gobierno no le interesa este ambiente que se está generando. Creo que ahorita es impostergable instrumentar políticas de atención a niños y jóvenes, educación, salud, salario, trabajo, todo, todo para ellos. Sin medida. Ellos tienen derecho a otro país, no tienen la culpa de nuestros errores. Tienen derecho a seguir adelante. Tienen derecho as seguir soñando y hasta eso les estamos amputando. Lo otro que se puede hacer es que el estado se ubique por encima del narco. Ahora es un estado fallido. El gobierno es el narco. Cuando yo hablo de que el estado se ubique por encima del narco hablo de un estado de derecho. Que se aplique la ley, que si se empieza aplicando la ley nadie se pasa el semáforo en rojo, nadie pone topes porque están prohibidos los topes en mi ciudad y nadie va a matar a nadie si saben que van a ser castigados. Ahora saben que hay impunidad y que la impunidad alcanza para el violador, el asaltante y el matón y esto va a seguir incendiándose.

—¿Cómo cree que el pueblo mexicano que vive en Estados Unidos puede ayudar?
—Haciendo suya la causa de los mexicanos. Alentándonos, dándonos muestras de que también ustedes están indignados, molestos, abrumados. Que no les gusta. Yo creo que si ustedes se ponen en nuestros zapatos va a ser muy estimulante. Creo que nos va ayudar mucho que ustedes le exijan al gobierno de México desde acá que detenga esta guerra. Que le exijan al gobierno de Estados Unidos que combata el tráfico de armas el consumo de enervantes y la siembra de enervantes en tierra norteamericana. Eso va ayudar mucho.

—¿Está a favor o en contra de la legalización de la marihuana?
—Yo creo que ayuda. Le puedes quitar un trozo de criminalidad al narco, lastimas su negocio. No le vas a quitar todo, ni le vas a quitar la mayor parte pero sí le vas a quitar una buena parte. Y aunque muchos piensen lo contrario, la marihuana es un excelente negocio, sigue siendo un buen negocio. Por otro lado, ha sido muy criminalizada, no es tanto ni tan dañina como se dice. Hay otros productos que el gobierno de México promueve, como la cerveza en eventos deportivos, debería darnos vergüenza porque no hay políticas públicas en esta materia. Están productos que tienen saborizantes, colorantes, conservadores, todo artificial que han sido señalados como cancerígenos. Ahí está el Red Bull, el tabaco, creo que hay mucha hipocresía la verdad.

—¿Cree que algún día volveremos a ver un México próspero? ¿Cree que México fue próspero alguna vez?
—Ésa es una reflexión.

Hemos tenido momentos muy buenos con Lázaro Cárdenas, con Benito Juárez en los sesenta y parte de los setenta.

Fue un desarrollo importante que no necesariamente se tradujo en una mejor distribución de la riqueza, pero no hemos tenido justicia social.

Nunca.

La revolución terminó privilegiando a unos cuantos. Creo que tenemos derecho a otro país. Creo que podemos lograrlo. Creo que podemos alcanzar mucha mejor condición que las menos peores.

Pero esto pasa por la ciudadanía y por la expresión de los votantes en los comicios. No veo otra manera de que esto cambie. Porque de nuevo hay elecciones, y de nuevo hay fraude electoral y la gente no sale. Esa es otra guerra que quién sabe cuando vaya a terminar.

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