Dialogo con narcos


El poeta Javier Sicilia propone a las autoridades de México el dialogar con los narcos. El venerable poeta considera que solo así podrá frenarse la violencia en el país vecino. Pero realmente, siendo sinceros, tal diálogo no tiene sentido.

Y es que para que tal diálogo termine en buenos términos, las autoridades tendrían que permitir que los carteles de las drogas continúen felizmente con su modus operandi de corromper a las autoridades para poder ganar mercados y rutas.

Un pacto con los carteles de las drogas solo terminaría oficializando su estatus de intocables. Tanto ellos, como los políticos que se asocian actualmente y en el futuro con ellos, serían impunes.

En corto, la corrupción en vez de desaparecer, regresaría a la escena revitalizada. Digo, no por nada, han apoyado ciertos carteles de las drogas al movimiento que lidera Javier Sicilia, como es el caso de los Beltrán Leyva . Y no solo porque les beneficiaría tal diálogo, pero porque movimientos como el de Sicilia tienen la distinción de culpar de todos los males que se generan por la guerra de las drogas, al gobierno y ejército mexicano.

Y es que los activistas (y ciertos medios), no culpan a los narcos por los crímenes que ellos mismos cometen. No, no. Si no que culpan al gobierno exclusivamente. Y es que según la lógica de éstos activistas, el gobierno es culpable de que los narcotraficantes, a diferencia de la gran mayoría de los mexicanos, fueron orillados (aparentemente contra su voluntad), a una vida de crimen y muerte.


Inclusive, la periodista de La Opinión, Gardenia Mendoza Aguilar, en su reportaje sobre las muertes de centroamericanos en la frontera sur de México, hizo a un lado su imparcialidad como reportera y declaró tajantemente que los culpables de las muertes de dichos migrantes era "la sociedad y autoridades mexicanas". En ningún momento culpó de la matanza a los "presuntos" narcotraficantes o Zetas que jalaron de los gatillos. Aparentemente, para la reportera, los narcos también se incluyen entre las víctimas.

En todo caso, movimientos como el de Javier Sicilia solo recibirán el apoyo total (y no parcial como sucede ahora) de ésa misma sociedad mexicana "asesina", cuando finalmente se ponga en la mira a los narcotraficantes y se dejen de andar culpando a segundos o terceros, y solo por cuestiones de ideología. Hay que jalar parejo.

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