Del talibán al narco, nuevo embajador gringo


No fueron pocos los que apostaron a que Estados Unidos dejaría acéfala su embajada en México durante un lapso prolongado. Juraban que esa sería la respuesta de Obama al inusual rechazo del presidente Calderón a Carlos Pascual.

Se equivocaron.

La designación de Earl Anthony Wayne, cercano a Hillary Clinton, como nuevo embajador se produjo más rápido de lo previsto. Pascual dejó el país apenas el 15 de mayo pasado, a pesar de haber renunciado al cargo en marzo, obligado por la ley del hielo que le aplicó Calderón.

En el servicio exterior mexicano están de plácemes con la designación.

“El nombramiento de Wayne demuestra la decisión de la Casa Blanca y el Departamento de Estado de seguir trabajando muy cerca de México”, aseguran.

Wayne trae callo en eso de la violencia. Llegará a México procedente de Afganistán. El diplomático deja atrás la guerra al talibán, para vivir en el país de la “guerra al narco.” Por los muertos no paramos. Aquí llevamos más de 40 mil.

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