Federales protegieron a sicariosy robaron pertenencias de los muertos


Diez minutos antes de que un grupo de pistoleros entrara al bar “El Castillo” para dispararle a empleados y parroquianos la noche del jueves, un grupo de agentes de la Policía Federal (PF) advirtió al dueño que cerrara el negocio porque le “iban a hacer un desmadre”.


Pasado ese lapso, un grupo de hombres armados penetró al establecimiento para perpetrar la agresión contra quienes estaban reunidos en el sitio.

Testigos, que pidieron la reserva de su identidad por temor, afirmaron que elementos federales también montaron un cerco en torno a la escena del crimen, donde fueron asesinadas 10 personas, mientras se llevaba a cabo el ataque.

Los empleados de esa corporación fueron los primeros en arribar al local después de la incursión armada, lo que aprovecharon para saquear las pertenencias de las personas a las que les quitaron la vida e incluso hasta artículos del negocio, como pantallas planas de televisión, añadieron.

Consultado en torno a los hechos denunciados, el portavoz de la dependencia federal, José Ramón Salinas Frías, enfatizó que “la institución no puede emitir ninguna postura en base a rumores”.

Señaló que es la Fiscalía General del Estado la instancia que está llevando la investigación sobre los homicidios, por lo que no estaba en posición de realizar declaraciones sobre el tema.

Las personas consultadas aseguraron que policías municipales escucharon las detonaciones y se acercaron al lugar de los hechos, pero los federales les impidieron el paso, lo que generó un conato de enfrentamiento entre miembros de ambas corporaciones.

Fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) consultadas sobre el tema respaldaron la versión de los testigos entrevistados. Agregaron que existe una gran molestia en la dependencia local por la actitud que mostraron los de la Federación.

Incluso los tripulantes de una de las ambulancias que acudieron a tratar de ayudar a los lesionados se enfrentaron al cerco federal, por lo que no pudieron ingresar al perímetro con la inmediatez que la emergencia requería.

Ante la situación, policías municipales se dispusieron a escoltar al personal de emergencia para que realizara su trabajo. De la misma forma, se aprestaron para escoltarla hasta las instalaciones médicas donde fueron atendidos los heridos.

De hecho, indicaron los informantes de la Policía Municipal, han sido varias las confrontaciones que han tenido con los federales en situaciones similares porque no les permiten acercarse a las escenas de homicidios de forma inmediata.

Tampoco los agentes de la Policía Ministerial pudieron ingresar a la escena hasta que los federales les dieron luz verde, lo que ocurrió casi una hora después del ataque.

Para cuando los agentes investigadores arribaron a la escena, encontraron que el lugar había sido manipulado lo que complicó el levantamiento de evidencias en el sitio, aseguraron.

‘Se llevaron casquillos, manipularon los cuerpos para sacarles sus pertenencias, dejaron un batidero en el lugar’, señaló un empleado del Gobierno estatal que tuvo acceso al sitio.

Los testimonios recogidos entre personas que estuvieron en el lugar de los hechos establecen que una partida de federales llegó al sitio a realizar una revisión, por lo que palparon a las personas que estaban ahí, pero no encontraron nada irregular y varios minutos después se dispusieron a abandonar el bar, ubicado en el cruce de las calles Ramón Rayón y Benito Juárez, al oriente de la ciudad, en la zona de Zaragoza.

Antes de salir, señalaron los informantes, el oficial que al parecer era quien iba al frente de la agrupación les dijo a los encargados que cerraran el lugar, porque de lo contrario les ‘iban a hacer un desmadre’.

Unos 10 minutos después, ya pasadas las 8 de la noche, llegaron los agresores, quienes comenzaron a disparar indiscriminadamente en contra de quienes estaban en el sitio, mientras que quienes se dieron cuenta de lo que ocurría buscaron escapar del establecimiento.

Cuando corrieron a buscar ayuda, dijeron, se toparon con varias unidades de la PF que estaban alrededor de la zona, supuestamente realizando revisiones en retenes.

‘Si los policías municipales oyeron los balazos y se dejaron venir, ¿a poco ellos no los iban a escuchar? Se hicieron mensos, llegaron ya cuando los malandros se habían ido’, manifestó un residente del sector, quien se dijo atemorizado por lo que pasó.

Otras personas que tuvieron acceso al lugar de la masacre indicaron que los agentes se robaron varios artículos, tanto de las víctimas como del mismo negocio.

‘Se llevaron los celulares de los muertos, se llevaron los carros que estaban estacionados afuera, les robaron dinero, hasta las televisiones que estaban dentro del negocio se llevaron’, dijeron los informantes bajo la condición del anonimato.

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