Construyen aulas antibalaceras en Tamaulipas


Las cada vez más frecuentes situaciones de riesgo que tienen que sortear ciudades fronterizas de Tamaulipas, han obligado a muchas escuelas a construir mazmorras para resguardar a los estudiantes de los enfrentamientos mientras se tranquiliza el ambiente.

En municipios como San Fernando se ha hecho común atrincherar en sitios cerrados y ocultos a los alumnos de escuelas públicas por que los eventos delictivos no tienen hora.

“Yo lo primero que hice fue construir ese cuarto para los estudiantes porque es mucha la responsabilidad que tenemos como maestros y pocas las garantías que nos dan las autoridades para proteger a nuestros alumnos”, expuso el director de una escuela de San Fernando Tamaulipas quien prefirió no revelar su identidad.

Lo cierto es que cada vez son más los directivos de escuelas en ciudades de la frontera que han tomado la decisión de construir o habilitar cuartos subterráneos para proteger a sus alumnos y personal de los enfrentamientos.

En otras zonas como el centro y sur de Tamaulipas, los simulacros antibalaceras se han hecho más comunes que los ensayos de rondas infantiles.

Los colegios privados son los que hacen más abierta esta práctica, en tanto que en las instituciones oficiales son más discretos.

Son menores que cursan su educación primaria y secundaria, quienes desde el primer grado son instruidos sobre las diferentes situaciones de riesgo, las más recientes son las balaceras.

Aquí los menores son capacitados sobre lo que deben y no deben hacer cuando se presenta un enfrentamiento alrededor de su plantel.

Los que cuentan con mazmorras para resguardarse, deben hacerlo de inmediato y no salir hasta que el peligro haya pasado, en otras regiones únicamente siguen las indicaciones de los maestros previamente capacitados a través de un manual o protocolo ante contingencias meteorológicas, incendios, accidentes, amenazas de bomba, disturbios y despliegues policiales, que las autoridades educativas entregaron a los más de 5 mil planteles del estado desde el inicio del ciclo escolar.

Dicho manual establece que en caso de registrarse un tiroteo en zonas aledañas a un centro escolar, los maestros ordenarán a los alumnos mantenerse agazapados o “pecho a tierra”, así como evitar que entren en pánico o que intenten tomar videos o fotografías.

Y aunque vivir así se ha hecho costumbre, para muchos mentores aún falta capacitación pues a la mera hora, dice, el miedo se apodera de la mayoría y escapa del control de los maestros poder proteger a la totalidad de los estudiantes.

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