Sicarios se llevaron el viernes el cuerpo de un animador de televisión quien había sido ejecutado y abandonado en el norte de México, amenazando a periodistas presentes en el lugar, sólo un día después que los medios acordaron moderar la cobertura sobre la violencia.
En la mañana muy temprano, policías hallaron al animador de la cadena local de Televisa José Luis Cerda con un tiro en la cabeza y atado de manos con cinta gris, tirado al lado de una autopista en la norteña ciudad de Monterrey.
Cerda, conocido como "La Gata", había sido secuestrado la noche del jueves al salir de las instalaciones de la televisora, según la policía.
El cuerpo de Cerda, quien personificaba a un pandillero que bailaba música colombiana y contaba chistes en un popular programa, fue encontrado en un lote baldío frente a una pared donde se leía el siguiente mensaje: "Ya no sigan cooperando con los Zetas, atentamente CDG", siglas del Cártel del Golfo.
El noticiero matutino de Televisa Monterrey, que estaba transmitiendo el hallazgo del cuerpo de Cerda en vivo, cortó su cobertura, ante la amenaza de que hombres armados se dirigían al lugar y abrirían fuego contra los presentes.
"Nos están pidiendo (la policía) que nos retiremos porque existe el riesgo de que regresen y abran fuego" alcanzó a decir el periodista que hacía la cobertura antes de salir del lugar.
Poco después y al llegar otros reporteros al lugar, el cuerpo ya no estaba. "Los malitos (sicarios) se lo llevaron", dijo a los periodistas un oficial en la escena del crimen, quien prefirió omitir su nombre.
Adrián de la Garza, el procurador de Justicia de Nuevo León, cuya capital es Monterrey, dijo en rueda de prensa que al menos ocho policías, que estaban resguardando el lugar donde se halló el cuerpo, fueron suspendidos y detenidos para interrogarlos sobre el robo del cadáver de Cerda.
El Cártel del Golfo y su ex brazo armado, los Zetas, libran una sangrienta guerra por el control de Monterrey y el noreste de México, un lucrativo mercado para las drogas, secuestros y extorsiones, así como una importante ruta para introducir drogas a Estados Unidos.
La oleada de violencia en la capital industrial de México es considerada como el más dramático deterioro en la seguridad del país desde que el Presidente Felipe Calderón lanzó al Ejercito a la lucha contra el narcotráfico en el 2006.
Más de 36,000 personas han muerto por la violencia generada por las drogas desde ese año en todo el país, en su mayoría sicarios enfrentados entre sí o con fuerzas de seguridad.
Pese al despliegue del Ejército y la policía federal en el área metropolitana de Monterrey, las autoridades enfrentan crecientes ataques con granadas contra sus instalaciones, alcaldes, oficiales de policía y tránsito, y hasta contra periodistas.
Unos 22 periodistas ha muerto durante la administración de Calderón.
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