"Salvando al soldado Pérez", un antihéroe narco


Aparece en la pantalla grande un narco mexicano en Irak: lo creó el sinaloense Beto Gómez en Salvando al soldado Pérez, comedia de aventuras donde el cineasta intenta, a decir suyo, reflexionar sobre la violencia que vive la nación.

Con 250 copias, Videocine lanzará el 18 de marzo este nuevo proyecto del también realizador de El agujero (1997), El sueño del caimán (2000), Puños rosas (2004) y Hasta el último trago... (2005).

Salvando al soldado Pérez (que, calcula, sobrepasa los 55 millones de pesos) la empezó a trabajar desde 2005 y rodó durante ocho semanas en locaciones de Coahuila y el Distrito Federal, para completarse con dos más de filmación en Los Ángeles y Turquía.

El narcotraficante de Sinaloa Julián Pérez debe cumplir una misión ordenada por la única autoridad que todavía respeta: su mamá; se trata de ir a Irak por su hermano menor, el cual es un soldado. Protagoniza el filme Miguel Rodarte y lo acompañan: Marius Biegai, Joaquín Cosío, Jaime Camil, Jesús Ochoa, Rodrigo Oviedo, Adal Ramones, Gerardo Taracena e Isela Vega. Los productores son Lemon Films, Fidecine, Vía Media y Terregal Films.

Beto Gómez, nacido en Culiacán el 12 de mayo de 1969, relata en entrevista que tenía muchas ganas de “escarbar” en el cine de aventuras y piratas que veía durante su infancia, “y cuando surgió la guerra de Irak, al contemplar que había tanta gente latina y afroamericanos, poco a poco sentí que podría ser interesante plasmar mi visión sobre dos temas: la guerra y las mafias a través de una comedia de aventuras, algo que se estuvo alimentando en mi cabeza y poco a poco se fue dando”.

Encontrar el tono a la historia fue el reto que enfrentó:

“Creo que a partir de estos personajes fuera de la ley, lo que más me importaba era mostrar a un México más colorido. Pero el desafío era encontrar el tono adecuado, darle toda la fuerza y el cariño a cada uno de los personajes. Pensé mucho como espectador para tratar de hacer una película que tuviera muchas ganas de ver, pensando en acercarme al público.”

–¿Por qué un personaje narco como antihéroe?

–Son personajes que me atraen mucho...

“Antes que nada era importante que no fuera una apología, porque de alguna manera en la trama estos personajes han pagado el precio, y viven con sus demonios y remordimientos. Las películas funcionan cuando los personajes tienen más fallas y carencias, porque nos identificamos con ellos. En el cine de aventuras los que mejor funcionan son los antihéroes, pues los podemos sentir más cercanos y es allí donde está la complejidad y el reto. Para mí, era vital que no fuera una película fácil.”

–¿No teme a la críticas por ensalzar a un narco?

–¡La ficción no tiene la culpa de lo que pasa en la realidad! Lo importante es que sea una historia que evita toda esa rudeza visual y si por algo apuesta, es por la comedia y la aventura, por un cine de entretenimiento, ir con toda la familia y divertirse. Nunca ha sido mi estilo crear un cine de denuncia.

“Me interesa mucho tener un gran respeto a mis personajes y por ahí va mi línea. Puede ser que por ahí se suscite una controversia; pero cuando la gente vea la película se dará cuenta que tiene una reflexión hacia la misma violencia a través de personajes que tal vez estén acostumbrados a vivir eso; pero de repente se meten a una cuestión de una guerra que no tiene pies ni cabeza.”

Lo más relevante del relato es que al final “aborda los valores universales, como la familia, el amor, la amistad, la lealtad y la búsqueda del perdón”.

Gómez estudió ciencias de la comunicación en la Universidad de Guadalajara. Después tomó un curso de dirección en Boston University y concluyó sus instrucciones cinematográficas en la Vancouver School de Canadá.



Reír para reflexionar



Salvar a un mexicano en Irak es parte de su crítica por los latinos que Estados Unidos envió a pelear a ese país:

“Soy del norte, y recuerdo que cuando iba a Estados Unidos veía los cementerios con veteranos de guerra y siempre me llamó la atención que había muchos nombres latinos que nunca han sido reconocidos como debe ser. El largometraje se refiere también a ese sueño americano que, a veces, no termina feliz.”

Admirador de Luis Buñuel y Woody Allen, acepta que ironiza con los filmes de héroes que siempre muestra Hollywood:

“Si contaba una historia de guerra y aventura, necesitaba jugar con esas cuestiones. Quise resaltar esas partes de los efectos especiales, pero me cargué más hacia la comedia, jugué con los brincos y esas cosas... Es, más que nada, un homenaje a este cine de aventuras y guerras con el que crecí.”

Como autor del guión junto con Francisco Payó González, Beto señala que escribe lo que ha visto y se metió con Salvando al soldado Pérez a este tipo de universo “porque no tenía ganas de involucrarme en un cine de festivales, yo deseaba atraer al espectador común para que, precisamente por los malos momentos que vivimos, acudiera al cine a pasar un buen rato y se divirtiera.”

Sólo ha trabajado un cine de bajo presupuesto donde “se busca la historia más que la técnica”, tal como lo hiciera Luis Buñuel.

–¿Cómo es mezclar la aventura con la comedia?

–Se puede caricaturizar muy fácil al personaje del norte. Y dentro de lo divertido y absurdo que pueda parecer, hay gente real que es como ellos. Entonces, dentro de la locura aparente de esta historia, son cosas que podrían haber pasado. Para mí era muy importante no caer en la versión de dónde están los narcos, sino que los personajes pudieran ser entrañables, que pudiéramos identificarnos con ellos.

“Cuando uno ve El Padrino, hay un momento que ya no importa tanto si es un personaje de la mafia, porque te empieza a interesar la cuestión familiar, las cuestiones que te pueden ser identificables con ese personaje.

“Y en Salvando al soldado Pérez vemos cómo un personaje muy poderoso busca el perdón y la redención, porque ha pagado muy duro la forma de poder que obtiene. Es fácil mostrar violencia por violencia y ver cabezas volando y la realidad que se vive ya no en el cine, sino en la vida cotidiana; pero a mí me interesa más el por qué y el cómo llega hasta allí: cómo te enfrentas por primera vez al dispararle a alguien.”

–¿Cómo reírse cuando México está muy mal...?

–Ante todo, se debe tener presente que lo más importante es nuestra familia y nuestros valores. Estar cerca de los nuestros, a donde uno pertenece.

Convencido de que con los antihéroes el público “siempre analiza”, la cinta Salvando al soldado Pérez cuenta con temas musicales interpretados por Chavela Vargas y Los Tucanes de Tijuana, paisanos del sinaloense Beto Gómez, quien recuerda que al emprender este proyecto fílmico “todo el mundo” le aconsejaba que “se rindiera”, que mejor “no lo hiciera”. Se negó a dejar las armas cinematográficas y orgulloso, afirma:

“En el trasfondo, la gente verá en la cinta una reflexión hacia la violencia.”



3 comentarios:

Federico Says:

La verdad es una muy buena película, llena de sarcasmo y parodias, entretenida, que va mucho al estilo gringo de sus películas superexageradas y fuera de la realidad. Creo que es una película entretenida que maneja la parodia de una manera muy inteligente y el sarcasmo de dos temas que son dificiles de tratar y que son muy similares: una guerra criminal en Irak y una guerra local en México. Espero que continue haciendo películas sin miedo, donde ironice, juega con la seudoideología mexicana y gringa, pero que sobre todo no deja de hacer parodias de tan excelente calidad.

Anónimo Says:

Esta peli esta muy buena la recomiendo.un traficante herue!! Algo de Lo mejor en Sinaloa Mex

Anónimo Says:

Que pelicula tan mas chingona la verdad tenia rato que no veia la mentada capilla de malverde..saludos desde Samara ana California...busquen la movie en Netflix

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