El narcotráfico aplica a los medios de Tamaulipas un esquema de censura que el pasado viernes, cuando Matamoros vivió un día de furia que incluyó la muerte de Ezequiel Antonio Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, demostró su efectividad.
Los Zetas y el Cártel del Golfo mantienen un control territorial en ciertas regiones; controlan a las policías municipales y a la estatal y también a los medios de comunicación.
El pasado viernes se registraron diversos enfrentamientos entre integrantes del Cártel del Golfo y elementos de las fuerzas armadas; hubo narcobloqueos y por lo menos 10 personas murieron, pero los medios locales no le dieron cobertura a esta jornada violenta.
En Tamaulipas se editan aproximadamente 45 periódicos, la mayoría de los cuales tiene versión impresa y versión on line.
De éstos, solo tres: El Mañana de Reynosa, El Sol de Tampico y Primera Hora mencionaron en sus páginas de internet, en unas cuantas líneas y no de manera destacada, los hechos de violencia en Matamoros.
El Mañana consignó en 10 líneas la muerte de Tony Tormenta en un “cruento combate”, pero nunca señaló que era uno de los principales líderes del Cártel del Golfo y de hecho nunca mencionó por su nombre a este grupo delictivo.
El diario Primera Hora le dedicó a los hechos de violencia en Matamoros cuatro párrafos en los que dice que murió Tony Tormenta, “líder de un grupo delictivo”, pero no dice nada de los enfrentamientos ni de los narcobloqueos ni de los muertos.
El Sol de Tampico destacó más la muerte del reportero del diario Expreso Carlos Alberto Guajardo Romero, durante un enfrentamiento entre efectivos de la Marina y “hombres armados” en un fraccionamiento de Matamoros, en el que, aseguró, “no hubo más muertos”.
Ninguno de estos tres diarios publicó notas amplias ni crónicas de la jornada de violencia que vivió Matamoros; no aportó datos sobre muertos y lesionados y no publicó imágenes.
Para el resto de los diarios de Tamaulipas, el viernes no ocurrió nada en Matamoros.
El diario Contacto destacó en su portada declaraciones del alcalde de ese municipio, Erick Silva Santos, sobre la entrega de 250 aulas de nivel básico.
El Imparcial dedicó su nota principal y su imagen principal a una reunión entre el gobernador electo de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, y un alcalde.
El jefe del departamento de fotografía de La Crónica de Hoy se comunicó con varios editores de diarios de Tamaulipas para intentar obtener imágenes de los enfrentamientos, pero fue imposible: la respuesta generalizada fue que nadie se atrevía ni a publicar ni a difundir imágenes.
El narco utiliza con los medios el mismo método de control que aplica con los policías: el dinero o las amenazas.
Editores de diarios locales cuentan que es común que representantes de los grupos delictivos llamen a las redacciones para palomear las notas que se publicarán al día siguiente.
Los censores del narco se aparecen de pronto en las conferencias de prensa en las que se habla de la delincuencia y toman nota de los reporteros que acudieron.
Luego contactan a esos reporteros y los invitan a que no publiquen una sola línea al día siguiente.
La delincuencia organizada avaló o vetó candidaturas, mató a quien sería gobernador, controla corporaciones policiacas y medios, exige impuestos de guerra y cuotas a los empresarios para poder trabajar.
Y esa situación no terminará con la muerte de Tony Tormenta. No, la guerra no la está ganando el Estado.
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