Iglesias no escapan a extorsiones del crimen


En Ciudad Juárez más de 100 ministros de la iglesia evangélica huyeron este año para no ser asesinados tras oponerse a pagar cuotas, y un sacerdote católico tuvo que emprender la retirada después de que su templo fue incendiado por el crimen organizado.

En Michoacán, las fiestas populares para festejar a los santos patronos fueron interrumpidas porque narcotraficantes locales exigen dinero para autorizarlas, mientras que en Tamaulipas las misas de noche se han suprimido ante posibles ataques contra fieles y curas.

La vida de los religiosos está igualmente amenazada en varias zonas de Jalisco, Nayarit, Durango, Coahuila, Nuevo León, Morelos, Chiapas y Estado de México, de acuerdo con testimonios brindados por algunos de sus representantes.

Ninguno de ellos, sin embargo, ha solicitado formalmente intervenciones policiacas. Van, en este sendero con la buena de Dios.

“La mayoría de los obispos han sido muy claros en esto: no se trata de pedir protección para los sacerdotes, sino buscar la seguridad para el pueblo en general”, dice Víctor René Rodríguez Gómez, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Los embates de grupos criminales contra sacerdotes y ministros ocurren a mitad de la campaña anticrimen orquestada por el Presidente Felipe Calderón. Son, dice Arturo Farela, presidente de la Cofraternidad Nacional de Iglesias Cristianas y Evangélicas (Cofraternice), el nuevo peldaño escalado por la delincuencia.

“Creo que el Presidente de la República no está informado de lo que está sucediendo realmente. Nos congratulamos con estas reuniones que él está convocando con distintos organismos de la sociedad, pero creo que esto debió hacerlo antes de empezar esta guerra”.

Con 25 millones de fieles y 50 mil ministros de culto, la Iglesia Evangélica sufre la peor parte de los ataques. De acuerdo con Farela, muchos pastores han decidido pagar cuota después de que algunos de ellos, o sus hijos, fueron asesinados tras negarse al soborno.

En Chihuahua y Ciudad Juárez, donde manejan centros de rehabilitación, grupos armados han irrumpido también para consumar masacres de hasta 18 personas. “La situación es muy preocupante, pero la gran mayoría de los pastores evangélicos hemos decidido no huir”.

0 comentarios:

Publicar un comentario