La Procuraduría General de la República aseguró ayer que dos de los tres estudiantes que el 2 de junio murieron supuestamente en un enfrentamiento con militares, en Reynosa, Tamaulipas, dispararon armas de fuego, y que dentro de una de las camionetas en que esos jóvenes se movilizaban fueron halladas drogas y armas de fuego.
En un comunicado, la PGR sostuvo que los estudios periciales a los cuerpos de los menores César Alejandro Carrizales Cuéllar y Eduardo Cuéllar Saldaña permitieron encontrar residuos de plomo y bario, lo que dio positivo a la prueba de radizonato de sodio, que se aplica para verificar si se ha realizado disparo de arma de fuego.
Con respecto a Daniel Hernández Martínez, el tercer adolescente que falleció tras una persecución con miembros del Ejército, la PGR señaló que no pudo realizar el análisis debido a que su cuerpo estaba sumergido en agua y lodo, por lo que los resultados no serían confiables.
“Hasta el momento se han recibido diversos dictámenes, entre ellos el de balística, que concluye que las armas de fuego y cartuchos asegurados son considerados del uso exclusivo de las fuerzas armadas del país; asimismo, el de química forense, que concluyó que el vegetal y la sustancia sólida encontrada en el lugar de los hechos, corresponden a mariguana y cocaína.
“El representante social de la federación llevó a cabo una inspección ocular en el lugar, para la emisión del dictamen de mecánica de hechos y continúa recabando todas las testimoniales de los elementos militares que intervinieron en el enfrentamiento”, indicó la dependencia.
Los jóvenes murieron en el ejido Cavazos, del municipio referido, y tras los hechos la delegación estatal de la PGR en Tamaulipas abrió una averiguación previa.
De acuerdo con versiones de prensa, los tres jóvenes, de 17, 15 y 13 años, eran estudiantes de bachillerato y de secundaria, y murieron al ser atacados debido a que no detuvieron la marcha de sus vehículos para una revisión por parte de militares.
La PGR, por su lado, aseguró que los hechos se dieron cuando militares que patrullaban el Bulevar Luis Echeverría, en la colonia Ferrocarril Poniente, detectaron tres camionetas que huían por la carretera.
De acuerdo con la versión de la PGR, los militares persiguieron el convoy, cuyos integrantes abrieron fuego en contra de los soldados.
Sostiene la dependencia que al llegar al Puente Internacional Anzaldúas, una camioneta cambió de dirección y logró escapar, por lo que los militares continuaron la persecución de los otros dos vehículos.
La versión oficial afirma que, de acuerdo con las investigaciones, antes de llegar al Ejido Cavazos los tripulantes de las camionetas volvieron a disparar contra los militares, lo que inició un enfrentamiento.
Los tripulantes de una camioneta lograron escapar, mientras que otro vehículo —con placas de circulación de Texas— detuvo su marcha y dos personas descendieron para huir corriendo.
La PGR dio a conocer que un cuerpo se encontró a lado de la carretera y los otros dos cuerpos dentro de la camioneta, donde además fueron aseguradas dos armas calibre 7.62 x 39 milímetros; una calibre .223, y una 9 milímetros, además de 23 cargadores, casi 200 cartuchos y seis casquillos.
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