Les quitan el corazón en rito narcosatanico


En una po­za fue­ron de­po­si­ta­dos los cuer­pos de seis per­so­nas, cua­tro hom­bres y dos mu­je­res, al pa­re­cer una de ellas me­nor de edad, a las que, tras ser eje­cu­ta­das, se les de­san­gró y qui­tó el co­ra­zón, lo que se per­fi­la co­mo al­gún ri­to de de­ter­mi­na­da sec­ta a la que po­drían per­te­ne­cer miem­bros de la de­lin­cuen­cia or­ga­ni­za­da. Es­tos he­chos ho­rro­ri­za­ron a los ha­bi­tan­tes de un frac­cio­na­mien­to en Can­cún, Quin­ta­na Roo.

La Se­cre­ta­ría de Se­gu­ri­dad Pú­bli­ca del Es­ta­do ya in­ves­ti­ga el acon­te­ci­mien­to que tu­vo lu­gar en la Co­lo­nia El Ro­ble y que po­dría tra­tar­se de un ri­to ex­tra­ño, por­que a los seis in­di­vi­duos ase­si­na­dos se les ex­tra­jo el co­ra­zón y la san­gre, ade­más de es­tar ata­dos de pies y ma­nos.

No se des­car­ta que los ho­mi­ci­dios es­tén re­la­cio­na­dos con el cri­men or­ga­ni­za­do, si­tua­ción que in­quie­tó a los ve­ci­nos del lu­gar, quie­nes al des­cu­brir los ca­dá­ve­res die­ron avi­so a los au­to­ri­da­des co­rres­pon­dien­tes.

A de­cir de una ve­ci­na de esa co­lo­nia irre­gu­lar de Can­cún, vio un col­chón en­san­gren­ta­do y ex­tra­ño cer­ca de su ca­sa en la de­le­ga­ción mu­ni­ci­pal de Leo­na Vi­ca­rio y al acu­dir an­te el re­por­te de esa mu­jer, la po­li­cía en­con­tró a una per­so­na sin vi­da de ba­jo de ese ob­je­to.

Lue­go de re­ti­rar el cuer­po que es­ta­ba de­ba­jo del col­chón, los uni­for­ma­dos se per­ca­ta­ron que ha­bían otros dos y mo­men­tos des­pués re­por­ta­ron que en to­tal se tra­ta­ba de seis per­so­nas eje­cu­ta­das, cua­tro hom­bres, uno me­nor de edad, y dos mu­je­res que ca­re­cían de iden­ti­fi­ca­ción. To­dos es­ta­ban ata­dos de pies y ma­nos, dos es­po­sa­dos y el res­to ama­rra­dos con cuer­das.

Pre­sen­ta­ban los seis ca­dá­ve­res una le­sión in­ter­cos­tal al la­do iz­quier­do del vien­tre y, al ha­cer­se una re­vi­sión a fon­do de los cuer­pos en el Ser­vi­cio Mé­di­co Fo­ren­se, se de­ter­mi­nó que a to­dos les fal­ta­ba el co­ra­zón.

Fue el di­rec­tor de ser­vi­cios pe­ri­cia­les de la Pro­cu­ra­du­ría Ge­ne­ral de Jus­ti­cia de Quin­ta­na Roo, Luis Fer­nan­do Ven­tu­ra Nah, quien or­de­nó que las per­so­nas fue­ran de­po­si­ta­das en el fo­ren­se pa­ra rea­li­zar la au­top­sia de ley y bus­car más in­di­cios so­bre los eje­cu­to­res.

El ha­llaz­go se hi­zo en las in­me­dia­cio­nes de un po­zo de agua, en la pe­ri­fe­ria de Can­cún, uno de los prin­ci­pa­les des­ti­nos tu­rís­ti­cos de Mé­xi­co.

Los pri­me­ros uni­for­ma­dos que lle­ga­ron al lu­gar de los he­chos des­cu­brie­ron dos cuer­pos de­ba­jo del col­chón y pi­die­ron apo­yo a la Cruz Ro­ja y a los bom­be­ros pa­ra res­ca­tar a los de­más que es­ta­ban al in­te­rior del po­zo.

El Ser­vi­cio Mé­di­co Fo­ren­se con­fir­mó que la le­sión que pre­sen­ta­ban las per­so­nas fue rea­li­za­da des­pués de fa­lle­cer y, por el mo­men­to, las au­to­ri­da­des des­co­no­cen tan­to la iden­ti­dad de las víc­ti­mas co­mo el mó­vil del cri­men.

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