La desaparición de la periodista María Esther Aguilar Cansimbe, se dio días después de que la corresponsal en Zamora publicará la detención de Jorge García Garnica, alias `El Bofo´, quien era señalado como líder de `La Familia Michoacana´ en la región de Zamora.
Recientemente el Juez Quinto Federal Penal Especializado en medidas cautelares concedió al Fiscal de la Federación el arraigo por 40 días contra Jorge Garnica por los delitos de delincuencia organizada, violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, contra la salud y lo que resulte.
Garnica García fue puesto a disposición de la SIEDO el 31 de octubre por el Ejército Mexicano, luego de ser detenido en la colonia Centro en Zamora, Michoacán, en posesión de siete armas cortas y largas, cargadores, cartuchos de diversos calibres, tres granadas de fragmentación, tres granadas calibre 40, diversas dosis de drogas y 11 barras de dinamita, tal como lo informó la corresponsal de Cambio de Michoacán.
Además, el 27 de octubre del presente, María Esther Aguilar publicó el caso de los jóvenes golpeados por parte del entonces jefe de la policía de Zamora, Jorge Arturo Cambroni Torre. Sus notas provocaron que días después de diera paso a su relevo en el cargo.
Jorge Arturo Cambroni fue denunciado penalmente por sus víctimas y señalado públicamente mediante manifestaciones ciudadanos que protagonizaron familiares y amigos de los jóvenes golpeados.
También, el 22 de octubre la reportera dio cuenta de la persecución que llevó a militares a catear un lujoso rancho en Ecuandureo, donde fueron aprendidos tres presuntos delincuentes, uno de ellos, hijo de un ex alcalde de Tangancícuaro.
Resultó que el lugar ya había sido cateado por la SIEDO hace un año, y con su cámara atestiguó la presencia de dos tigres y otros animales exóticos, además de una veintena de carros, algunos de lujo. Aunque cabe precisar que ese mismo día las autoridades deslindaron la propiedad y a sus dueños de los detenidos y del operativo que se realizó para lograr la captura de los presuntos delincuentes.
La publicación de estas y otras notas periodísticas pudieron ser el detonante para que la corresponsal fuera privada de su libertad.
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