¡Cinico relato!
Realmente para poner los pelos de punta, Santiago Meza López, alias "El Pozolero" logró desaparecer a más de 300 cuerpos en recipientes que llenaba con agua y sosa cáustica por un tiempo de 24 horas hasta que éstos completamente se desintegraban; luego los residuos que consistían en las dentaduras y uñas de la víctimas eran incinerados en basureros clandestinos. El presunto responsable se convirtió en un experto cocinero del crimen organizado bajo las órdenes del Cártel de los Arellano Félix.
En conferencia de prensa, autoridades de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), informaron que este sujeto apodado también como "El Chago" o "El Chaguito", manifestó al rendir su declaración ministerial que desde hace 9 años se dedicaba a esta macabra actividad del crimen organizado, cuyos orígenes se remontan cuando aprendió a realizar la desintegración de cuerpos con una pierna de res, la cual colocó en una cubeta, le echó un líquido y ante sus ojos observaba cómo se deshacía.
Por 600 dólares al mes, Meza López se encargaba en desaparecer los cuerpos de los que habían sido ejecutados o desaparecidos por el Cártel de los Arellano Félix; ante autoridades federales confesó que su método para preparar su macabro pozole consistía en meter los cadáveres que le entregaba Teodoro García Simental, alias "El Teo", en un recipiente con agua y sosa cáustica por un tiempo de 24 horas o hasta su completa desintegración.
Además, se logró establecer que su forma de cocinar a los cuerpos consistía en llenar a la mitad un tambo de 200 litros con agua, al cual se le ponían 2 costales de sosa cáustica; posteriormente les prendía fuego y al empezar a hervir se colocaban los restos humanos, dejándolos por 8 horas aproximadamente.
Luego de transcurrido este tiempo, en dicho recipiente únicamente quedaba el líquido con los dientes y las uñas, el que dejaba enfriar para posteriormente vaciar el contenido en otro tambo de plástico, y que se llevaba a un lote baldío, de preferencia con basura, en el que finalmente se tiraba el liquido, prendiéndole fuego con gasolina a dichos residuos para su completa desaparición.
Además, de las declaraciones rendidas ante el fiscal de la SIEDO, se logró establecer que El Pozolero trabajaba para la organización de los hermanos Arellano Félix, cuya función en específico, desde su ingreso, era disolver cadáveres en ácido, además que ha estado bajo las órdenes de Ismael Higuera Guerrero, Marco Antonio García Simental, alias "El Cris" o "El 8-9" y últimamente bajo las órdenes directas de Teodoro Eduardo García Simental, alias "El Teo".
Por otra parte, reveló que los cuerpos que le daban para desaparecer ya se los entregaban muertos y los metía completos a los tambos, les vaciaba 40 o 50 kilos de polvo que compraba en una ferretería y luego los restos los vaciaba en unas fosas.
Finalmente para la entrega de los cuerpos, El Teo le ordenaba que se ubicara en un determinado lugar, ya estando ahí por radio o teléfono le decía las características de los vehículos que le llevaban los mismos, cuyos conductores al verlo le echaban las luces.
Cabe señalar, que el presunto indiciado confesó que la última vez que hizo la tarea de pozolear fue hace 15 días, por orden de El Teo, y que los utensilios para poder realizar esta ilícita actividad -además de químicos y tambos-, era necesario contar con equipo de protección como guantes de látex y máscara contra gases.
Con base en las primeras investigaciones efectuadas por la SIEDO se tienen indicios de que Santiago Meza, pudo haber desaparecido a más de 300 cuerpos; además de que era uno de los 20 criminales más buscados por el FBI, ya que se había convertido en un elemento importante en la organización de Fernando Sánchez Arellano, alias "El Ingeniero".
El día de su aprehensión -realizada en el kilómetro 73 de la autopista Tijuana-Ensenada-, Meza López, iba acompañado de Fernando López Alarcón y Héctor Manuel Valenzuela Lobo, quienes también quedaron asegurados, además de una menor de edad, está última quedó a disposición de las autoridades correspondientes en el Estado de Baja California.
Al momento de su aseguramiento se encontraban en posesión de 1 pistola ametralladora, calibre .9 milímetros, modelo MP5; 1 carabina, calibre 5.56 milímetros modelo ZM4; 1 fusil, calibre .308, modelo HK-91; 1 fusil calibre 0.5, modelo 82A1; 2 granadas ofensivas, 2 cargadores para calibre 1.50 milímetros; 4 cargadores para calibre 7.62 X 51 milímetros, 2 cargadores para calibre .9 milímetros, 2 para calibre 5.7X2 milímetros, 1 cargador para calibre 5.56 milímetros, 18 cartuchos calibre .50, 76 cartuchos calibre 7.62 X 51, 18 cartuchos calibre 5.7 X 28, 56 cartuchos .9 milímetros, 91 cartuchos calibre 5.56 milímetros, así como de los vehículos Jeep Comander, Toyota Tundra y Toyota Camry.
El presunto responsable ya se encuentra en las instalaciones de la SIEDO por lo que se espera que en las próximas horas se dicte una orden de arraigo en su contra para que las investigaciones continúen su curso para su consignación penal.
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