Iraníes buscaron apoyo de narco mexicano para atentado
Miembros del gobierno iraní buscaron el apoyo de elementos de un cártel mexicano de las drogas para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Washington, Adel Al-Jubeir, confirmó hoy el procurador de Justicia, Eric Holder.
Holder agradeció el apoyo del gobierno mexicano en la investigación que derivó en un encausamiento contra los iraníes Manssor Arbabsiar y Gholam Shakuri, éste último integrante de una unidad del Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islamicos Iranies (IRGC).
“La cooperación (mexicana) fue significativa y sin ellos no hubiéramos sido capaces de anunciar lo que logramos el día de hoy”, dijo Holder en rueda de prensa tras señalar que prefería no entrar en detalles.
La queja criminal, presentada ante una corte del distrito sur de Nueva York, expone una complot dirigido por facciones del gobierno iraní para asesinar con explosivos al diplomático en suelo estadunidense usando para ello a un cártel mexicano no identificado.
El documento encausatorio establece que presuntamente Arbabsiar se reunió en varias ocasiones en México con una fuente confidencial de la DEA –identificada como CS-1-, que se ha presentado como miembro de un “violento cártel de tráfico de drogas internacional”.
La acusación sostiene que los iraníes ofrecieron a CS-1 el pago de 1.5 millones de dólares para asesinar al diplomático saudí dentro de Estados Unidos, para lo cual hicieron una transferencia bancaria de 100 mil dólares como anticipo por el crimen.
El encuentro entre Arbabsiar y CS-1 en México tuvo lugar el 24 de mayo para hablar de la posibilidad de usar explosivos contra la embajada saudí. Los dos celebraron reuniones similares en junio y julio pasados, de acuerdo con el documento acusatorio.
El adelanto para la comisión del asesinato fue transferido en agosto pasado a la cuenta bancaria de un agente encubierto del FBI. Un mes después CS-1 dijo a Arbabsiar que todo estaba listo y pidió un pago adicional por la mitad de los 1.5 millones de dólares.
Cuando Arbabsiar viajó a México el 28 de septiembre, el gobierno mexicano le negó la entrada y lo devolvió a Estados Unidos, donde fue arrestado un día después. Su presunto cómplice Gholam Shakuri se encuentra fugitivo.
Ambos iraníes fueron acusados de complot para asesinar a un diplomático extranjero en territorio estadunidense, uso de armas de destrucción masiva y la comisión de un acto de terrorismo internacional.
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