Cartel de los Beltran Leyva usan Blackberry para sus ilicitos


La mensajería instantánea de Blackberry es hoy el medio más utilizado por los Beltrán Leyva, para comunicarse entre lavadores de dinero, policías que brindan protección, narcotraficantes de otros grupos y colaboradores de distinto nivel.

Ismael Coronel Sicairos, “El Judío”, se hacía llamar “Mach One” en la mensajería instantánea de su BlackBerry, el medio que consideraba más seguro para comunicarse con Héctor Beltrán Leyva “El H”, quien se identificaba en el mensajero como “Fresa Et”.

Las investigaciones de la PGR señalan que Coronel tenía a dos informantes en la Agencia Federal de Investigación, uno apodado “El Gordo” que estaba registrado en la Black-Berry como “Girasoles”, y otro con el mote de “El Borrego”, que se hacía llamar “Cimarrón”.

En diciembre de 2010, pocos días antes de la Navidad, sonó en la Black-Berry de Coronel un mensaje de alerta de “Girasoles”.

“Señor, hay operativo para detectar armas en la avenida Lázaro Cárdenas, cerca del Centro, saludos, buenas noches”, le dijeron.

“Gracias, buenas noches”, contestó “El Judío”.

Un día antes de su captura, según el propio testimonio de Coronel, recibió otro mensaje del mismo agente federal, el cual dice que le desconcertó.

“Señor, hay la entrega de un paquete el Taxco, me dicen los Güeros”.

“No, gracias, te lo agradezco”, le contesta Coronel, quien aseguró a la PGR que no sabía de qué le estaba hablando su informante en la policía

En su aparato Coronel también tenía como contacto a Luis Efraín Beltrán, “Ramiro”, medio hermano de “El H”; un ayudante de nombre Raúl, con el alias de “Yogui”; un narcotraficante de Acapulco identificado como Aldo “El Mortal” y al chofer de “El H”, de nombre Juan Ramón Córdoba Peñaloza, mejor conocido en las conversaciones electrónicas como “Charly Valentino”.

Para hablar con “El H” había método, incluso para el mismo Coronel Sicairos.

Cuenta “El Judío” que antes de hablar con Héctor Beltrán, primero era contactado por su chofer “Charly Valentino”, quien le avisaba que “Fresa Et” quería conversar con él. Así sucedió en noviembre pasado, cuando el capo sólo llamó a quien la PGR dice que era su lavador de dinero.

“Saludos mi amigo cómo va con sus animales y a ver cuándo podemos ir a comer”, le escribió el narcotraficante.

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