El dueño del Butter Club podría tener relación con delincuencia organizada


Los propietarios o encargados del Butter Club, donde la madrugada del sábado estalló una granada de fragmentación y hubo disparos de arma de fuego contra ciudadanos colombianos y venezolanos, aparentemente miembros de la delincuencia organizada, y que costó la vida a cinco de ellos y a por lo menos un ciudadano inocente, que su único delito era vender flores a la salida de lugares como éste, ahora se sabe, tiene una trayectoria de no muy buena reputación.


Pese a anunciarse como uno de los mejores lugares para la diversión nocturna, ha resultado ser un lugar donde las violaciones al reglamento están a la orden del día. No obstante hay que decir que muchas de esas actuaciones han sido bajo otro nombre, pero por lo menos en los últimos meses bajo la responsabilidad de quien ahora se conoce pudiera ser un prestanombres al servicio también de delincuentes de poca monta.

De acuerdo con autoridades del municipio de Guadalajara, el propietario de este antro es un hombre identificado como Abraham Franco García, datos asentados en la licencia todavía del 2010, la cual consta en los archivos del Ayuntamiento tapatío.

A decir del Secretario General del Ayuntamiento, Roberto López Lara, los trámites para el cambio de propietario, si lo existiera, puede hacerse todavía en estos días, porque aún “están a tiempo para ello”

No me crean, pero de acuerdo con información recabada de fuentes que prefieren mantener su anonimato, el Butter Club, que por cierto fue inaugurado con bombo y platillo en octubre del año pasado, bajo esa razón social, que incluso mereció un enunciado para exaltar su grandiosidad como “Desde Nueva York hasta Guadalajara, llega uno de los mejores lugares para la diversión de las grandes personalidades” tiene como dueño a un sujeto relacionado con el Cártel del Milenio, según dicen.

De acuerdo con los informantes, este sujeto se llama Hugo Rodríguez Valencia, podría ser originario de Colombia y encabezar una célula de este Cártel que ha dominado las acciones delincuenciales en la entidad, como en todo el Occidente del país. Abraham Franco, podría ser uno de sus prestanombres, sin que ello pueda asegurarse dado el hermetismo en torno a la información.

Desde el primer momento en que sucedieron los hechos del sábado pasado, el Staff del antro, a través de un comunicado, firmado por una persona que se identifica como Hugo Real, se deslindó de cualquier responsabilidad.

Lo mismo hicieron las autoridades en una conferencia de prensa matutina, llena de inconsistencias y en la que lo primero que se trató fue dar una imagen de un pleito entre particulares y no, como lo ha confirmado el secretario general de Gobierno estatal, Fernando Guzmán Pérez Peláez, orquestado por la delincuencia organizada, como se ha revelado sucedió.

Llama la atención esta actitud de ambas partes, porque ahora, que ya se tienen horas de investigación, se sabe que los elementos de seguridad interna del antro, fueron quienes intervinieron para calmar los ánimos durante la discusión, que efectivamente sucedió dentro del bar, pero que a decir de Fernando Guzmán, “eso es lo de menos importancia, porque en el exterior quedaron evidencias de ataques de la delincuencia organizada”.

Versiones de gente que estuvo dentro del antro, sostienen que los guardias, no sólo saben perfectamente quienes son los que intervinieron en la riña, sino que conocen a quienes salieron y amenazaron con regresar. Las luces se prendieron durante la refriega, por lo que no hay posibilidad de que digan que no vieron los rostros ni de quienes se trataba.

Estos individuos, como los encargados en turno, deberían estar bajo interrogación en la Procuraduría del estado, pero el mismo Tomás Coronado Olmos, titular de esa dependencia, los deslindó desde el primer momento, en una actitud que por demás levanta sospechas.

Además, hay que decirlo, en la red existían una serie de videos del día de la inauguración del Butter Club, en los mismos se notaba el glamour y una conductora hacia ver la calidad del lugar, donde no se escatimó en nada para “echarla casa por la ventana”. Esos videos, coincidentemente han sido suprimidos por quien los subió, en tres, por lo menos que aún están como pantalla, se puede leer la leyenda “suprimidos por su autor”, acción que sucedió entre el domingo y la mañana de este lunes, quizá para no dejar evidencias de los asistentes.

Otro de los datos que ha salido a relucir con las investigaciones, es que el anterior dueño del lugar, bajo el nombre de “Tatu” era un empresario conocido con el nombre de Édgar Moreno Pratt, quien fue asesinado por estrangulamiento en la colonia la Estancia el sábado 29 de enero.

Su cuerpo quedó tirado sobre la calle de Franz Liszt a su cruce con Velázquez, en el municipio de Zapopan, semindesnudo y sólo con un boxer color naranja y unos calcetines negros, En el cuerpo, con puñales, le dejaron clavada una cartulina con un mensaje, ahora se sabe del Cártel del Milenio, La Familia, Golfo (MFG) mejor conocido como La Resistencia. A este sujeto le apodaban “Peque”

Además, se tiene sospecha de que los actuales dueños del Butter Club tiene relación con los dueños del Dubai, del cual una de las propietarias podría ser una mujer de nombre Olivia, también integrante del mismo cartel de la Resistencia.

Según cuentan testigos de lo que ahí sucede, hace aproximadamente un año al Dubai llegó Iván Archivaldo Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo Guzmán”. En esa ocasión se bajó de un lamborgini blanco e iba acompañado de un grupo de escoltas, quienes se transportaban en una.camioneta Tahoe

Esto quizá no tendría que ver nada con una posible relación entre l,os dueños del antro y el hijo de uno de los hombres más poderosos del narcotráfico en México, pero llama la atención que fue en horas laborables y cuando el lugar estaba cerrado. estuvo encerrado con los propietarios del lugar por espacio de 15 minutos y se retiró.

Otro hecho con el que relacionan a los dueños del Butter Club, es aquel atentado que inició en la colonia Paseos del Sol, siguió por calles de Las Fuentes y Arboledas y culminó con el estallamiento de una granada en el Hospital del mismo nombre.

El atentado habría sido contra una camioneta Ford Lobo donde viajaba un joven estudiante, de origen colombiano, identificado como Jorge Arturo Rodríguez Fong, quien iba acompañado de una mujer, también colombiana. Él resulto con heridas en varias partes del cuerpo y fue sacado del Hospital Arboledas para llevarlo, supuestamente a otro hospital, del que no se reveló el nombre ni ubicación.

Nunca más se volvió a saber de él. es más, en aquella ocasión tampoco, siquiera, se le llamó a declarar, pese a que se sabe que él inició a disparar, cuando lo cercaron con dos autos en calles de la colonia Las Fuentes.

En esa ocasión tres sujetos fueron detenidos y dijeron que la consigna era asesinar a este joven, que aparentemente es hijo de un empresario, dueño de varios hospitales en Jalisco, del que se desconoce su nombre.

Los detenidos aquel 13 de julio de 2010, fueron Gerardo Chávez Blas, Felipe Roberto Mata Ávila y Pedro Márquez Gutiérrez, quienes dijeron que iban a matar, a Jorge Arturo, por una deuda pendiente con su patrón, al que sólo mencionaron como “El Negro”.

Las autoridades de Guadalajara ahora solicitarán la revocación de la licencia para el Butter Club, dicen por las violaciones al reglamento en varias ocasiones, mientras las autoridades estatales ya los deslindaron de toda responsabilidad, aunque las investigaciones sigue su curso.

Falta todavía por conocer el contenido de los videos que están en análisis, tanto de lo que sucedió dentro del bar, como en el exterior al momento del ataque, lo cual podría abrir algunas líneas de investigación.

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