Guatemala va contra bastión de “Los Zetas”


El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, dio ayer al Ejército el control del departamento fronterizo con México de Alta Verapaz, considerado bastión del cártel de Los Zetas, en un intento por recuperar la confianza en las instituciones en una zona de rampante actividad criminal.

Colom decretó estado de sitio y llamó a la población a mantener la calma y colaborar con las autoridades; indicó que se impuso la medida ante “la zozobra” e inseguridad que se vive en Cobán, capital de Alta Verapaz, por el narcotráfico y el crimen organizado.

En declaraciones a Radio Sonora, el mandatario precisó que el estado de sitio estará vigente “el tiempo que sea necesario” y que el gobierno busca “recuperar la gobernabilidad” del departamento. El gobierno informó en un comunicado que en una reunión del Consejo de Ministros, Colom ordenó ayer emprender operativos del Ejército y Policía “en todo el departamento”.

El trabajo de las fuerzas de seguridad se ha iniciado en dos vías. Un grupo de efectivos realiza cinco operativos de prevención del delito, revisión de vehículos y desarme. La otra parte realizará, en conjunto con fiscales del Ministerio Público, 16 allanamientos en lugares específicos en busca de delincuentes y presuntos narcotraficantes, según el comunicado.

En ese contexto, se ha solicitado el apoyo de la población para denunciar delincuentes y organizaciones criminales que operan en el sector.

Grupos de la Policía Nacional Civil y militares realizan patrullajes conjuntos por Cobán y otros municipios de Alta Verapaz, reportaron emisoras capitalinas, que no han informado de enfrentamientos. El secretario de Comunicación, Ronaldo Robles, dijo que la decisión tuvo como base una investigación de varios meses.

El estado de sitio facilita al gobierno la tarea de desarticular a organizaciones delictivas, ordenar la detención de sospechosos de alterar el orden público y de conspirar contra el Estado. También concede facultades a las autoridades para repeler por la fuerza las acciones del narcotráfico y el crimen organizado. En especial, busca “llevar la tranquilidad a la población y recuperar la confianza en el Estado”, dijo Robles.

Alta Verapaz está unos 200 km al noreste de la capital guatemalteca.

Hasta el cierre de esta edición no había reportes de enfrentamientos armados ni de detenciones. En las calles había investigadores antinarcóticos con gorros pasamontañas que vigilaban. En las entradas a Cobán también había agentes de la Policía y soldados revisando todos los vehículos que entraban y salían de la ciudad.

Para el criminólogo y catedrático universitario David Martínez Amador, el gobierno reaccionó a demostraciones de fuerza que han realizado Los Zetas, pero consideró que de nada servirá “si continúa la corrupción de la Policía, un sistema de justicia débil y un sistema de cárceles débiles”.

El diputado del opositor Partido Patriota Gudy Rivera calificó como “tardía” la medida del gobierno, porque éste ya tenía información de que “los narcotraficantes tenían prohibido salir a los habitantes después de las 9 de la noche”.

Comunidades tomadas

Informes de inteligencia del Estado han informado al gobierno que ex militares mexicanos, con ayuda de guatemaltecos, han tomado por completo algunas de las comunidades locales.

La prensa local ha reportado que la población vive intimidada por hombres que pasean con vehículos todo terreno, con armas de asalto y contra los que las fuerzas de seguridad se han visto incapacitadas de actuar. También recogen denuncias de finqueros que dicen haber sido amenazados para forzarlos a entregar sus tierras a los traficantes.

Los Zetas, antiguo brazo armado del cártel de Golfo, se instaló en Guatemala desde hace más de dos años. Incluso se ha reportado que ex militares guatemaltecos, algunos de la fuerza élite del Ejército conocidos como kaibiles, se han sumado a sus filas.

Cobán es descrita en algunos titulares como “capital del narcotráfico” en Guatemala. El noviembre pasado, la prensa local informó del hallazgo de que armas decomisadas a Los Zetas formaban parte de un arsenal que fue robado al Ejército de Guatemala en 2007. Un coronel fue detenido, mientras que el periodista que difundió la información fue amenazado.

De hecho, una fuente que pidió el anonimato dijo que los Zetas “han hecho de ese territorio su centro de operaciones. Recorren el lugar con automóviles todoterreno, fuertemente armados. Secuestran y violan a las mujeres, y obligan a los campesinos jóvenes a trabajar con ellos”.

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