¡Enjaulan a un “halcón”! de la Línea en Puerto Vallarta, Jalisco


Un “halcón” del Cártel de la Línea fue capturado por elementos de la Policía Investigadora, declaró ante las autoridades y ahora se sabe que son varias las células que operan en Puerto Vallarta, entre otras la del tipo que asesinó al taxista en Las Mojoneras que aunque son de la misma organización criminal parecieran no tener relación entre sí.

Cirilo Díaz Herrera, alias “El Catarino”, de 30 años de edad, originario del estado de Hidalgo y de oficio albañil, con domicilio en la colonia Los Tamarindos, en la delegación de Ixtapa, es la persona que se encuentra en calidad de indiciado en el penal de Ixtapa (Ceinjure), acusado del delito de secuestro cometido en agravio de Carlos Reynoso Núñez y Aarón Ramírez Gutiérrez, quienes –como se recordará- fueron rescatados la mañana del pasado sábado, por elementos de Seguridad Pública y de la Policía Investigadora, luego de encontrarse privados de su libertad en la colonia Lomas del Coapinole.

“El Pancho”

El ahora indicado declaró ante las autoridades ministeriales que hace aproximadamente año y medio fue deportado de los Estados Unidos, por lo que las autoridades migratorias de aquel país lo sacaron por la frontera de Tijuana.

Dijo que en Tijuana contactó a un alarife al que solo conoce con el mote de “El Pancho” al cual le pidió trabajo, y que éste –a su vez- le propuso que cambiara su residencia a Puerto Vallarta, donde se le daría empleo cuidando casas de seguridad y armamento, para el “Cártel de la Línea”.

Tanto “El Pancho” como Cirilo Díaz llegaron a Puerto Vallarta por aquellas fechas. Aquí hicieron algunos trabajos de albañilería, pero Cirilo entendió que ello era para ver si podían depositar su confianza en él.

Posteriormente se fueron a vivir a una casa de seguridad ubicada en El Palmar de Aramara, donde primordialmente su empleo consistía en cuidar armamento que requerían otras personas de la organización.

Es importante mencionar como fue su ingreso a las actividades ilícitas. Recordó que fue en la plaza de la delegación de El Pitillal donde conoció a una persona que solamente reconoce con el apodo de “El Güero”, quien le confirmó que trabaja para “El Cártel de la Línea” y que su función sería la de “levantar”, “asesinar”, “cuidar casas de seguridad”. Cirilo aceptó y “El Güero” informó a sus superiores “ya tenemos a un empleado más”.

Posteriormente lo trasladaron a una casa ubicada en el fraccionamiento Los Tamarindos de la delegación de Ixtapa.

Ahí conoció a un integrante más, al que identificaban como “El Gordo”. “Este va a ser tu nuevo compañero”, le dijeron y desde entonces vivía en esa casa de Los Tamarindos.

“Halcon”

Declaró también que con el paso del tiempo su trabajo consistió en vigilar casas y probables víctimas, quienes pudieran ser objeto de un “levantón”, con diversos fines. A este trabajo se le denomina “Halcón” y se trata, como ya se dijo, de observar y pasar la información a los jefes de la célula.

Respecto a su función, reconoció “El Catarino” que luego de algún tiempo estaba a punto de recibir un asenso en sus funciones.

Secuestro

Sobre el secuestro del sinaloense Carlos Reynoso Núñez y del nayarita, Aarón Ramírez Gutiérrez expuso que él fue únicamente un relevo de quienes los “atoraron”.

Dijo que la mañana del sábado salió de la casa ubicada en Camino al Sombrío 1045, casi esquina con Medellín en la colonia Lomas del Coapinole, para comprar algunas cosas para el desayuno. Aunque en la finca había muchos víveres.

La Estampida

Al regresar a la casa de seguridad se encontró con la “novedad” de que el resto de los integrantes de la banda, que se encontraban ahí estaban a toda prisa movilizándose debido a que Aarón Ramírez Gutiérrez había logrado escaparse mientras que sus captores se encontraban dormidos. Y aunque habían logrado atraparlo, someterlo y amordazarlo de nueva cuenta, el caso ya se les había “calentado”.

Le pidieron que se movilizara y los ayudara a recoger algunas cosas para poderse retirar lo más rápido posible, pues al darse cuenta varios vecinos y personas que pasaban por el sitio, temían que de un momento a otro les cayera la policía.

“El jefe”

Después de haber logrado huir prácticamente sanos y salvos, se encontraron en otra casa de seguridad, de la que no proporcionó mayores datos. Ahí recibieron la llamada de “El Jefe”, quien les hizo saber “si ya la regaron, ahora van a tener que vigilar los movimientos de la policía, para ver qué hacían tanto con Aarón como con Carlos Reynoso, para en un momento dado volverlos a levantar y ahora sí darles muerte.

Vigilar a la “procu”

Recibió Cirilo la instrucción de trasladarse en una motocicleta, marca Honda, a las instalaciones de la delegación de la Procuraduría General de Justicia del Estado. Ahí llegó acompañado por otro más, quien minutos después se retiró y lo dejó en ese lugar.

La instrucción fue clara: “tienes que identificarlos porque van a salir bien madreados”. Después de eso, ya ubicados, el paso siguiente era informar a sus superiores para tomar una decisión.

Detencion

Elementos de la Policía Investigadora temiendo que en los alrededores hubiera precisamente “halcones”, vigilando sus acciones y al notar la presencia de Cirilo parado frente a sus oficinas, junto a las instalaciones de la distribuidora de cerveza “Corona”, fue que implementaron un operativo de seguridad.

Rodearon ambos sentidos de la avenida Palma Real del fraccionamiento Parque Las Palmas y así fue como lograron la detención de varias personas que merodeaban la delegación de la PGJE, entre ellos Cirilo Díaz Herrera (a) “El Catarino”.

Cirilo cayó en muchas contradicciones. No pudo justificar su presencia en el lugar, al referir que estaba esperando a unos familiares que llegarían en un autobús, después cambió su versión y expresó que arribarían –esos mismos “familiares”- en un taxi.

Al ver los investigadores que pasaba el tiempo y nadie llegaba, ni en autobús ni en taxi, fue que decidieron someterlo a un exhaustivo interrogatorio, reconociendo finalmente cual era su labor, la de ser un “halcón” que estaba en espera de ver los movimientos que realizaban los policías investigadores, pero primordialmente de a donde serían llevados los dos secuestrados, Aarón y Carlos Reynoso.

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