Fallan en emboscada a militares y mueren calcinados, en Cadereyta


En medio de una persecución a tiros dos sicarios murieron calcinados después de estrellarse contra un muro de concreto e incendiarse la camioneta en la que escapaban, en el municipio de Cadereyta, en Nuevo León. Aparentemente se trataba de una treta para llevar a los militares a una embocada preparada por un grupo de sicarios que terminaron por huir tras el impacto de sus compañeros.


Uno de los pistolero quedó dentro de la camioneta Murano, blanca, la cual no traía placas, y el segundo salió proyectado y quedó a unos cuatro metros del vehículo. Ninguno fue identificado en el lugar; dos hombres más que iban en la camioneta pudieron salir vivos y escaparon corriendo heridos hacia un monte. Otras dos camionetas con sicarios que participaron en la persecución también huyeron de la zona.

De acuerdo con la información recabada, la balacera se suscitó al filo de las 0:40 horas –pero fue tres horas después que se conoció de ella-, en el cruce de la Carretera Cadereyta-Allende y el Libramiento Alfonso Martínez Domínguez, a unos cuatro kilómetros al poniente de la cabecera municipal.

La Sedena informó que apenas a la salida del centro de Cadereyta, una tropa de soldados que iban en convoy en tres pick up se toparon con la camioneta Murano, desde la cual sujetos comenzaron a disparar por lo menos en tres ocasiones contra los militares, por lo que dio inició la persecución, por la Carretera Cadereyta-Allende.

En el camino los esperaban hombres armados escondidos detrás de vehículos, quienes les dispararon a los dos flancos del convoy, en una emboscada que no fructificó. Ningún disparo hizo blanco en los soldados ni en las unidades. "Nos jalaron para emboscarnos, nos topamos con una camioneta y hace que la sigamos, en eso cuando vamos detrás de la Murano, nos atacan por los dos flancos en la carretera.

"Fueron varios disparos que nos hicieron detrás de camionetas estacionadas, pero seguimos persiguiendo a la Murano, los otros nos siguieron pero a distancia", explicó el mando de la Sedena.

En la escapada a balazos contra los soldados, el conductor de la Murano blanca perdió el control al intentar dar vuelta hacia el norte del Libramiento Alfonso Martínez Domínguez y se estrelló contra la base de concreto, justo en la jardinera de una gasolinera y una tienda de conveniencia.

Por el golpe la camioneta comenzó a incendiarse y seguido de esto hubo por lo menos seis explosiones fuertes, entre otras de menor proporción, por lo que se presume que eran granadas y municiones que detonaron por el siniestro.

Se estableció que en el interior de la camioneta quedó un hombre calcinado, además de armamento y equipo de radiocomunicación, también consumido por el fuego.

El segundo sicario y quien presuntamente iba en el asiento trasero de la Murano, salió proyectado y quedó muerto a unos cuatro metros de distancia del vehículo. A él le fue encontrada un fusil AR-15 y una escuadra de 9 milímetros.

La fuente mencionó que a varios metros quedaron regados unos siete cargadores, fornituras y armas de grueso calibre, los cuales habrían dejado los pistoleros que escaparon heridos del lugar.

Después del enfrentamiento la zona quedó resguardada fuertemente por personal militar mientras peritos de la Procuraduría estatal realizaban el levantamiento de evidencias.

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