"Mamá, sácame de aquí, nos van a matar..."


José, de 21 años, sabía que su vida estaba en juego cuando un grupo de Mexicles llegó al centro de rehabilitación Fe y Vida, donde tenía un par de meses luchando contra sus adicciones.

Hace 15 días le envió un mensaje de texto a su madre: “Mamá, sácame de aquí. Nos van a venir a matar; unos chavalos de los Mexicles se vinieron a esconder aquí”. Su madre no le creyó.

El jueves, a las 23:00 horas, un grupo de hombres armados llegó al centro cristiano y abrió fuego contra todos sus ocupantes. No sólo murieron los presuntos Mexicles, también José y varios compañeros.

Ayer, Beatriz, la madre de José, posaba la mano en el ataúd camino al cementerio. “No le creí, una vez lo saqué de un centro por su adicción a la heroína y volvió a las andadas... Pensé que era otra de las suyas para salirse a drogar”.

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