Ejecutado por droga en el DF


Otro ajus­te por la ven­ta de dro­gas al me­nu­deo ocu­rrió, es­ta vez en ca­lles de la Co­lo­nia Juan Gon­zá­lez Ro­me­ro, en la Gus­ta­vo A. Ma­de­ro, don­de dos hom­bres fue­ron acri­bi­lla­dos des­de un au­to en mar­cha, y en ese mis­mo lu­gar que­dó muer­to un pre­sun­to nar­co­me­nu­dis­ta que era co­no­ci­do en la zo­na co­mo "El Gor­do", en tan­to su ami­go se en­cuen­tra de­li­ca­do en un no­so­co­mio al re­ci­bir un ba­la­zo en el tó­rax y otro en una ma­no.

Fue ayer en la ma­dru­ga­da, al­re­de­dor de las 1:30 ho­ras, cuan­do ocu­rrió es­ta agre­sión en las ca­lles de Ma­dre­sel­va y Gla­dio­la, don­de ca­mi­na­ba el aho­ra fa­lle­ci­do jun­to con su ami­go Mar­cos Gua­da­lu­pe Re­yes Cruz, és­te de 24 años de edad.

De acuer­do con agen­tes de la Po­li­cía In­ves­ti­ga­do­ra de la Pro­cu­ra­du­ría de Jus­ti­cia ca­pi­ta­li­na, quie­nes les dis­pa­ra­ron de­sea­ban ma­tar­los, pues des­de las ven­ta­ni­llas de un au­to ac­cio­na­ron dos ar­mas, una .38 Su­per y la otra .380, am­bas ti­po es­cua­dra, y en el lu­gar que­da­ron más de diez cas­qui­llos per­cu­ti­dos de las mis­mas.

En los pri­me­ros da­tos re­ca­ba­dos por las au­to­ri­da­des se es­ta­ble­ció que los dos ba­lea­dos se de­di­ca­ban a la ven­ta de gra­pi­tas de crack y co­ca, así co­mo ca­rru­jos de ma­ri­gua­na, por ello se es­ti­ma que los he­chos fue­ron de­ri­va­dos de esa ilí­ci­ta ac­ti­vi­dad.

"El Gor­do", co­mo era apo­da­do el aho­ra fa­lle­ci­do, re­ci­bió de me­nos cua­tro pro­yec­ti­les de esas ar­mas en el cuer­po, uno en ple­na ca­be­za que lo pri­vó de la vi­da en for­ma ins­tan­tá­nea, los otros tam­bién mor­ta­les se le in­crus­ta­ron en la es­pal­da, de esa ma­ne­ra que­dó ten­di­do en la ban­que­ta, en me­dio de un char­co de san­gre; ves­tía una su­da­de­ra blan­ca Adi­das y un pant azul ma­ri­no y te­nis blan­cos; usa­ba el cor­te de pe­lo muy cor­to.

En tan­to, su "va­le­dor" tam­bién re­ci­bió otros pro­yec­ti­les, uno en la es­pal­da y otro en la ma­no de­re­cha, el pri­me­ro lo te­nía al bor­de de la muer­te, por lo que fue tras­la­da­do por unos pa­ra­mé­di­cos vo­lun­ta­rios a la clí­ni­ca pri­va­da Luis Pas­teur, ubi­ca­da cer­ca de la zo­na, don­de que­dó hos­pi­ta­li­za­do en ca­li­dad de de­te­ni­do, por lo cual era vi­gi­la­do por agen­tes in­ves­ti­ga­do­res de la Coor­di­na­ción Te­rri­to­rial GAM-4.

Asi­mis­mo, en­tre los ve­ci­nos de la zo­na, se di­jo que am­bos in­di­vi­duos no eran de la Co­lo­nia Juan Gon­zá­lez Ro­me­ro, si­no de la que es­tá cer­ca que se lla­ma la Nue­va At­za­coal­co, y las au­to­ri­da­des es­pe­ra­ban que el he­ri­do es­tu­vie­ra en con­di­cio­nes de ren­dir su de­cla­ra­ción a fin de ubi­car a los ase­si­nos y pro­ce­der a su de­ten­ción.

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