"Salud de guerra" en Ciudad Juárez
Un comando de hombres encapuchados y con armas de grueso calibre irrumpió en la Clínica 35 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Ciudad Juárez y remató a un herido de bala que estaba agonizando.
Francisco Cárdenas Torres, de 45 años, dejó de existir el 31 de julio de este año mientras era socorrido por el personal médico del centro asistencial.
Éste fue uno de los últimos episodios ocurridos en la ciudad fronteriza -considerada uno de los lugares más peligrosos del planeta- donde presuntos sicarios entran por la fuerza en un hospital y rematan a una de sus víctimas.
Ante el aumento de estos hechos, las autoridades acordaron aplicar una especie de "protocolo de guerra" para atender a las víctimas del conflicto entre carteles de la droga que se disputan el territorio.
Hospitales militarizados
Bajo el nuevo esquema de seguridad, sólo tres de los ocho hospitales públicos de la ciudad recibirán a los heridos de bala en sus salas de emergencia.
El coordinador del Sistema Estatal de Salud del estado de Chihuahua, Luis Esquivel, dijo que los altos niveles de violencia en Ciudad Juárez obligaron a establecer este procedimiento, tanto para proteger la vida de las víctimas como la del personal médico y la del resto de los pacientes.
Según la nueva normativa, que se basa en los principios del protocolo de guerra de la Cruz Roja, sólo recibirán heridos de bala aquellos hospitales que cuenten con un esquema de seguridad militar, instrumental, instalaciones y personal adecuado para hacerlo.
De hecho, los funcionarios de la Cruz Roja ya estaban operando bajo estrictas medidas de seguridad desde marzo de este año, luego de que funcionarios recibieran constantes amenazas por parte de narcotraficantes al intentar salvar la vida de alguien que ellos pretendían asesinar.
La decisión, sin embargo, no ha estado exenta de polémica, ya que en algunos casos la víctima podría perder la vida si el hospital más cercano le cierra las puertas y lo transfiere a otro sitio.
"Recibimos a todos los pacientes"
Oscar Varela, director del Hospital General de Ciudad Juárez (uno de los tres centros asignados para recibir a los heridos de bala), le dijo a BBC Mundo que jamás le negarían atención médica a ninguna persona, porque es parte de la obligación institucional atender a quienes no tienen recursos.
"Recibimos a todos los pacientes, independientemente de su condición económica y no los juzgamos por su culpabilidad o inocencia. Los atendemos a todos".
Consultado sobre la decisión de restringir a tres los centros hospitalarios que reciben heridos de bala, Varela señaló que, de acuerdo a la Ley General de Salud, todos los hospitales tienen la obligación de estabilizar a los enfermos antes de derivarlos a otro lugar.
Si bien no hizo una crítica abierta al llamado "protocolo de guerra", dejó entrever que la legislación no hace distinciones a la hora de brindar atención médica de urgencia.
En Ciudad Juárez son asesinadas en promedio 11 personas al día en incidentes relacionados, en su gran mayoría, con narcoviolencia.
En este sentido, Varela comentó que, efectivamente, en los últimos meses el número de personas heridas de bala que llegan en un mes al Hospital General ha aumentado al doble, pasando de 25 o 30 a 60.
El gobierno federal ha desplegado más de 6.000 soldados en las calles de Ciudad Juárez para combatir el crimen organizado pero, pese a los esfuerzos, los carteles de la droga han aumentado las disputas por el control de las rutas de distribución de estupefacientes hacia Estados Unidos, generando niveles récord de violencia.
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