Sus "cachorros", talón de Aquiles de los cárteles


Los hijos o hermanos menores de los capos del narcotráfico comienzan a caer. Rodeados de lujos, mansiones, dinero, vehículos, escoltas, armas y violencia, los sucesores en el tráfico de drogas registran entre sus filas bajas significativas en los últimos años. Perseguidos, asesinados, detenidos, procesados -salvo la excepción de la libertad obtenida por Archibaldo Guzmán, El Chapito- y hasta de testigos protegidos, los herederos del narco son parte de los objetivos prioritarios dentro del actual combate contra los cárteles de la droga.

Ungidos por sus familiares en puestos de dirección dentro de las organizaciones criminales, principalmente en tareas de lavado de dinero, los llamados narco-juniors han comenzado a enfrentar un destino común: la cárcel o la muerte.

Informes oficiales e investigaciones dan cuenta de que poco a poco se incrementa la lista de caídos o arrestados entre los hijos o hermanos de los jefes del narcotráfico.

El caso más reciente es ahora el de Vicente Carrillo Leyva, El Ingeniero, hijo del extinto Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos. Detenido en una de las zonas más exclusivas de la ciudad de México, dejó a partir de su captura -según informes oficiales- una vida de lujos y poder heredada por su padre y que llevaba bajo el disfraz de un joven y prominente empresario, pero en realidad se encargaba de lavar dinero proveniente del narco.

Compartía con su tío Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, uno de los sitios entre los más buscados por la PGR y por quien la dependencia ofrecía una recompensa de hasta 30 millones de pesos.

El destino de los Carrillo Fuentes está marcado también por el asesinato. Dos de sus integrantes, Rodolfo y Cruz Carrillo Fuentes, fueron ya ejecutados. El primero, apodado El Niño de Oro, fue asesinado con su esposa el 11 de septiembre de 2004, y el otro -el menor de la dinastía- fue secuestrado y ejecutado por un grupo armado en noviembre de 2008.

Otro de los ejemplos del cambio generacional que se observa en las organizaciones criminales es el de Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, hijo de Ismael El Mayo Zambada, otro de los principales jefes del tráfico de drogas en el país. Rodeado de lujos, autos blindados y guardaespaldas, El Vicentillo fue detenido apenas el 20 de marzo pasado cuando llegaba a una mansión de Jardines del Pedregal en el Distrito Federal.

Él estaba a cargo de la logística y la seguridad del cártel de Sinaloa, y se le atribuye responsabilidad por el clima de violencia que prevale en Sinaloa.

Apenas en octubre pasado, sus primos Jesús Zambada y Ricardo Flores Quintana, El Richard, hijo e hijastro de Jesús El Rey Zambada, fueron igualmente detenidos en la ciudad de México. Ambos están convertidos ahora en testigos protegidos de la PGR luego de ser capturados junto con su padre en la ciudad de México.

Antes que ellos, el 20 de enero de 2008, Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, el menor de los hermanos Beltrán Leyva, quedó inscrito en la lista de los capturados. El Ejército lo detuvo en Culiacán y con ello se anuló el acuerdo no escrito entre grupos del narcotráfico que daban vida a la llamada "Federación".

Encargado del manejo del dinero, los pagos de droga y reclutamiento de sicarios, la detención del menor del clan Beltrán Leyva desató la ira de sus hermanos Arturo y Héctor, que emprendieron una guerra contra sus ex aliados, Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán, que ha llenado de sangre a toda Sinaloa.

Precisamente en este contexto se inscribe la muerte, el 9 de mayo de 2008, de Édgar Guzmán, uno de los hijos de El Chapo. Fue acribillado en un centro comercial junto con Arturo Meza Cázares, hijo de Blanca Margarita Cázares Salazar, La Emperatriz, presunta operadora financiera de El Mayo.

Las características de estos herederos del narcotráfico es la juventud.

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