Integrantes del crimen organizado asesinaron a un agente de la Policía Estatal Preventiva y tras una persecución se parapetaron en una "casa de seguridad". Allí se suscitó una balacera que se prolongó por espacio de una hora a escasos metros de donde se celebraba una fiesta infantil.
El enfrentamiento arrojó como resultado tres personas heridas por proyectil de arma de grueso calibre, dos hampones detenidos, la liberación de una persona que habían privado de su libertad, así como pánico y terror entre los residentes de la zona.
Los hechos se iniciaron alrededor de las 18:35 horas cuando agentes de la Estatal Preventiva asignados en un filtro de revisión sobre la avenida ruta Guadalupe Victoria, de la colonia Mariano Matamoros, en la delegación La Presa, le marcaron el alto a unos sujetos que viajaban a bordo de una panel RAM 2500 con placas nacionales AHR-3361.
Fue en ese momento cuando los tripulantes de forma sorpresiva abrieron fuego en contra de los elementos provocándole severas heridas a un efectivo de la PEP, al que auxiliaron sus compañeros instantes antes de fallecer colocándolo en la caja del pick up número oficial 567 de la corporación.
Los presuntos secuestradores aceleraron la marcha para emprender la huida y fue entonces que se inició una persecución que culminó en la residencia marcada con el número 9186 de la calle Mitla, entre Náhuatl y Amaya, de la colonia Mariano Matamoros.
En el sitio los presuntos secuestradores ingresaron con prontitud en la panel que utilizaban Dodge 1996 de color blanco que contaba en su interior con un blindaje hechizo, confeccionado con láminas de acero y con una camilla en la que transportaban a la víctima, misma que fue liberada tras la balacera.
Durante el enfrentamiento entre los hampones y policías de los tres niveles de gobierno y el Ejército se detonaron armas de grueso calibre entre las que destacan los rifles AK-47 calibre 7.62 x 39 milímetros y AR-15 223, cuyos casquillos percutidos quedaron esparcidos dentro y fuera de la vivienda, así como cartuchos de escopeta "doble cero" y cascos de granadas lacrimógenos con las que los sicarios atacaron a los agentes.
Ante lo álgido de la situación, los elementos de las corporaciones policíacas y castrenses se dedicaron a poner a salvo a niños y adultos que departían en una fiesta infantil, que se efectuaba a tan sólo cuatro viviendas de donde se suscitó el tiroteo que causó el terror entre los residentes.
En la "casa de seguridad" se logró la detención de dos presuntos integrantes de la banda de secuestradores y en forma extraoficial se obtuvo que al menos cinco más pudieron escapar, mientras que tres civiles heridos fueron atendidos y trasladados por socorristas de Cruz Roja al hospital más cercano.
En tanto que afuera del inmueble quedó un pick up de modelo reciente, color blanco y sin placas de circulación perforada la carrocería por los proyectiles, en la que según fuentes extraoficiales viajaban otros individuos que escoltaban la panel; dentro del pick up se encontraron en el asiento posterior una gabardina color gris de mujer y un pasamontañas color negro y manchas de sangre.
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