Ejecutan al Dirección General de Investigación Criminal en Fiscalías Desconcentradas del DF
El luto embarga a los altos mandos de la Procuraduría de Justicia capitalina (PGJDF) luego del alevoso y cobarde asesinato de Víctor Hugo Moneda Rangel, quien era titular de la Dirección General de Investigación Criminal en Fiscalías Desconcentradas, mismo que fue sorprendido y acribillado a manos de por lo menos tres desconocidos que estaban acechándolo cerca de su casa en la Colonia Ex-Hipódromo de Peralvillo.
Los asesinos se apostaron alrededor de las 23:15 horas en espera que Hugo Moneda llegara a descansar a su domicilio ubicado en la Calzada de los Misterios número 56, casi esquina con la calle Berlioz, en la colonia antes mencionada, perímetro de la Delegación Cuauhtémoc.
Sin percatarse que era observado, el alto mando apenas descendió de su vehículo oficial, un auto Chrysler Stratus gris, con placas de circulación 217-UMY, cuando fue sorpresiva y cobardemente acribillado a balazos por al menos tres sujetos, quienes habían llegado al lugar a bordo de dos vehículos: un Jetta y una motoneta, que fueron abandonados posteriormente por los criminales cuadras adelante, por lo que se estimó que trasbordaron a otras unidades.
Los reportes de las autoridades ministeriales, judiciales y periciales señalaron que Hugo Moneda recibió una lluvia de balas proveniente de armas de grueso calibre .9 milímetros, de las que 27 casquillos percutidos quedaron tirados en el asfalto.
El cuerpo del alto mando, quien era reconocido y respetado por sus compañeros, quedó sangrante e inerte tirado en el pavimento, en tanto los pistoleros se ocupaban en darse a la fuga.
Cabe señalar que el alto mando de la institución contaba con 51 años de edad, y apenas el día 1o. de agosto había recibido por parte del titular de la PGJDF, Miguel Angel Mancera Espinosa, ese cargo de alta responsabilidad en la Policía Judicial.
A pesar de la hora en que ocurrieron los hechos, las autoridades ya cuentan con algunos testimonios que se conocieron de manera extraoficial, que aportan datos sobre la media filiación de los homicidas para elaborar los correspondientes retratos hablados, de quienes todo indica, querían asegurarse de la muerte de quien era su objetivo, pues en la escena del crimen los peritos de la PGJDF contaron 27 casquillos, los cuales fueron levantados con el debido cuidado que marcan los procedimientos para recabar hasta la menor pista que lleve a ubicar a los sicarios.
La mayoría de esos cartuchos percutidos, era calibre .9 milímetros, otros al parecer calibre .380, y otra pistola similar tipo escuadra con funcionamiento semiautomático.
Tras los lamentables y sangrientos acontecimientos, al lugar arribó una nube de elementos preventivos del Sector Tlatelolco, de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSP), que al rastrear la zona en busca de los homicidas, encontró dos vehículos abandonados en las proximidades del lugar donde ocurrió el crimen, primero una motoneta roja en el cruce de las calles Mascagni y Wagner, así como un VW Jetta rojo, con placas del Estado de México, MAF-79-18, éste en el cruce de la Avenida Prolongación Vallejo y la calle Albeniz, los cuales son cuidadosamente analizados a fin de recabar hasta el menor trozo de huellas dactilares de quienes los tripularon para capturar y detener a los autores de estos condenables acontecimientos.
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