Las cabezas de cinco policías y la de un agente de la Fiscalía del estado de Durango, en el norte de México, fueron encontradas en lo que se presume que pudiera ser otra acción de la delincuencia organizada contra las fuerzas de seguridad.
En un comunicado la Procuraduría General de Justicia de Durango (PGJD, fiscalía local) confirmó que las seis víctimas fueron secuestradas entre la noche del pasado lunes y la madrugada del martes en el municipio de Ocampo, a unos 250 kilómetros de la plaza principal de Cuencamé.
En la misma plaza fueron halladas sus cabezas esta mañana, metidas en bolsas de plástico.
La nota detalla que desde el martes los agentes de la fiscalía pusieron en marcha un "fuerte operativo" en el municipio de Ocampo, en el norte de Durango, en busca de los seis, que no dio resultados.
Todos los asesinados, cuyos cuerpos aún están en paradero desconocido, estaban adscritos a la comandancia de "Las Nieves" "y presumiblemente fueron privados de su libertad por un fuerte contingente de personas armadas".
Las víctimas son los jefes de grupo de la policía Gilberto Calderón Osorio y Herculano Cazarez, los agentes Walter Eduardo Valles Reyes, José Luis Huerta Vargas, Óscar Aguero Chávez y el agente de la fiscalía José Manuel Murillo Rosales.
Esta mañana la Agencia de Seguridad Estatal de Durango (ASE) había confirmado el hallazgo de las cabezas, que por el momento no estaban plenamente identificadas.
El suceso tiene lugar un día después de que en el municipio de Pueblo Nuevo, también en Durango, fueran encontradas el martes dos cabezas colgadas de un puente peatonal.
Por otra parte en el norteño estado de Sonora fueron hallados la tarde de ayer dos cadáveres acribillados, dijo hoy a Efe un portavoz de la Policía Estatal Investigadora (PEI).
La fuente detalló que los dos asesinados eran los hermanos Adolfo y Jesús Alberto Félix Ramírez, de 27 y 33 años, cuyos restos fueron encontrados en el municipio de Huatabampo.
Al parecer ambos habían sido secuestrados en el vecino estado de Sinaloa, asesinados a tiros y posteriormente traídos en avioneta por desconocidos hasta el municipio sonorense, donde fueron encontrados por trabajadores agrícolas de la comunidad rural Venustiano Carranza.
Las muertes de estos casos se suman a la ola de violencia que en lo que va de año se ha cobrado la vida de casi 7.300 personas en México, según datos extraoficiales publicados esta semana.
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