Ataque al Casino Royale fue hecho por Zetas amateurs


El ataque al Casino Royale el 25 de agosto de 2011, en Monterrey, Nuevo León– fue una operación amateur que revela la disminución de la capacidad operativa del cártel de Los Zetas ya que la mayoría de sus mandos militares o que recibieron entrenamiento militar están muertos o han sido aprehendidos.

Un análisis de la firma de inteligencia Stratfor revela que el liderazgo de Los Zetas ha perdido control sobre sus subordinados y que la falta de cabecillas con entrenamiento militar ha creado un ambiente más inestable y violento para la población civil, con mayores riesgos de víctimas y daños colaterales.

Operación deficiente

“El ataque al Casino Royale evidencia mala planeación por parte de los líderes de Los Zetas o tácticas deficientes de los operarios que llevaron a cabo el atentado”, señaló el analista Scott Stewart, quien está al frente de la división de Stratfor encargada de monitorear la situación en México. “No fue el objetivo de los sicarios causar tantas víctimas. Esto se debió a la falta de cuidado en la operación; no a que hayan planeado una masacre”.

En entrevista, Stewart indicó que operarios adecuadamente entrenados habrían sabido que las salidas de emergencia del casino estaban cerradas con candado y habrían previsto que los clientes intentarían huir al segundo piso al iniciarse el ataque.

Stratfor es una agencia privada, con sede en Austin, Texas, que realiza investigaciones de inteligencia y seguridad. Sus reportes se entregan a líderes de opinión, empresas y medios de comunicación de todo el mundo.

Stewart indicó asimismo que el hecho de que los atacantes ordenaran salir a los clientes del casino sugiere que el inmueble era el blanco del ataque. El análisis de Stratfor apunta que “si el objetivo de los atacantes hubiera sido provocar múltiples víctimas, no habrían advertido a los clientes y habrían usado otro método para maximizar el número de muertos y heridos, como una bomba colocada en un vehículo o habrían echo uso de sus armas”.

Los reportes de las autoridades mexicanas indican que la mayoría de las víctimas huyeron al segundo piso, se refugiaron en los baños o intentaron escapar por las salidas de emergencia.



Casinos: blanco de los cárteles

Según Stratfor, los cárteles valoran los casinos como instrumentos para lavar dinero y generar ganancias por medio de prácticas legales de juego, por lo que con frecuencia han sido blanco de las organizaciones criminales con el fin de afectar las operaciones financieras de sus rivales.

El analista de Stratfor explicó que si bien el motivo del atentado contra el Casino Royale parece haber sido la extorsión, los ataques a la infraestructura de los casinos son tácticas comunes de Los Zetas y del Cártel del Golfo, los cuales están enfrascados en una lucha a muerte por el control de importantes centros operativos —como Monterrey—para el narcotráfico o el contrabando de personas hacia Estados Unidos.

El 24 de agosto, Los Zetas presuntamente llevaron a cabo ataques simultáneos con granadas a casinos ubicados en Saltillo, Coahuila, y Reynosa, Tamaulipas. Según la información que obtuvo Stratfor, los tres casinos que fueron atacados pertenecen al ex alcalde de Tijuana y empresario, Jorge Hank Rhon, y son operados por el Grupo Caliente.

Stratfor publicó recientemente un reporte en el que reveló que ha habido una serie de robos a casinos de Nuevo León en los últimos meses. Cuatro de estos casinos, incluyendo el Casino Royale, fueron asaltados el 25 de mayo por un grupo de individuos fuertemente armados. En enero pasado, sicarios abrieron fuego en el Casino Royale con el fin de eliminar a dos rivales que se encontraban jugando en el inmueble.

El Ejército mexicano y la policía de Monterrey cerraron recientemente siete casinos como parte de una serie de inspecciones y evaluaciones jurídicas a los 31 casinos que operan en la capital de Nuevo León.



Declive operativo: más víctimas colaterales

Según Stratfor, la capacidad operativa de Los Zetas es menor a la que los caracterizaba hasta hace un par de años. Las autoridades han eliminado a la mayoría de los cabecillas que provenían del Ejército mexicano o que recibieron entrenamiento militar de parte de los fundadores de esta organización criminal.

“Las autoridades también han ido eliminando sus campamentos tanto en México como en Guatemala”, señaló Stewart. “Están escasos de operarios con entrenamiento de alta calidad. Las autoridades los han eliminado más rápido de lo que Los Zetas los pueden reclutar y entrenar”, añadió.

Como se ha reportado, miembros fundadores de Los Zetas pertenecían al comando de élite del Ejército mexicano conocido como Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales, quienes recibieron entrenamiento en contrainsurgencia y combate al narcotráfico en Fort Benning, en el estado de Georgia, a principios de los noventa.

Stewart afirmó que en la actualidad Los Zetas son “tipos armados en lugar de fuerzas especiales”. Esta característica conlleva el potencial de crear situaciones aún más peligrosas, según el especialista, para los civiles ya que sicarios sin entrenamiento militar carecen de la capacidad de planear y ejecutar operaciones en las que se limitan tanto las víctimas como los daños materiales. El alto número de víctimas en el Casino Royale es el ejemplo más trágico hasta ahora de esta deficiencia operativa de Los Zetas.

Al mismo tiempo, Stratfor considera que algunos de los cárteles –como Los Zetas y Cártel del Golfo– están teniendo dificultades para contrabandear narcóticos, por lo que han expandido sus operaciones delictivas a la extorsión, el secuestro y el tráfico humano.



“No fue un acto terrorista”: Stratfor

Por otra parte, Stratfor considera que la masacre del Casino Royale no fue un acto terrorista, como en un principio lo calificó el presidente Felipe Calderón. “No fue terrorismo. El objetivo de Los Zetas era el edificio; ni siquiera intentaron quedarse con el dinero del casino”, dijo el analista Scott Stewart, quien considera que el objetivo de Calderón al calificar de terroristas a los responsables de la masacre del Casino Royale fue tratar de conseguir respaldo por una guerra que es “políticamente impopular”, destacó.

Otra señal, según el experto, es que el gobierno del presidente Barack Obama condenó la masacre del Casino Royale, pero no hizo eco al calificativo de Calderón.

Por su parte, la especialista en seguridad y narcotráfico, Sylvia Longmire, considera que el ataque al centro de apuestas en Monterrey no coincide con la definición aceptada de terrorismo, que es un acto de violencia o la amenaza de violencia con el propósito de impulsar una ideología política o religiosa.

“Si hubieran querido, los atacantes habrían escogido un día en el que el casino alberga hasta mil personas”, explicó Longmire. “Atacaron un jueves por la tarde cuando había unas 100 personas en el casino”.

Sylvia Longmire es capitán retirada de la Fuerza Aérea estadounidense y ex agente la Oficina de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea. También es experta en narcotráfico y está por publicar el libro “Cartel”, que versa precisamente sobre los cárteles mexicanos y sus operaciones en territorio estadounidense.

“Al calificar de terroristas a los sicarios de Los Zetas, Calderón los pone al mismo nivel que Al Qaeda; por más sanguinarios que sean los narcotraficantes –y lo son–, su objetivo no fue matar a tantas personas como fuera posible con un fin ideológico o religioso”, expuso Longmire. “No podemos trazar un paralelo entre los ataques del 11 de septiembre de 2001 y la masacre del Casino Royale”, planteó.

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