Sueltan a canadiense despues de 3 años acusado de crimen organizado


"Es absoluta libertad" son las palabras que en su español con acento canadiense pronuncia Pavel Kulisek, quien logró reunirse de nuevo con su familia tras pasar tres años detenido por presuntos vínculos con el crimen organizado.

Kulisek fue detenido en marzo de 2008 en el poblado Los Barriles, de Baja California Sur, supuestamente por pertenecer al grupo delictivo de Gustavo Rivera Martínez, alías "El p-1", "El Gus" o "El Ingeniero", quien, según las autoridades mexicanas, era el sucesor de Francisco Javier Arellano Félix, "El Tigrillo", detenido en 2006.

Desde el momento de su arresto, a cargo de la Policía Federal, su esposa Jirina Kuliskova denunció que la detención era ilegal y buscó en repetidas ocasiones la protección del gobierno de su país.

Pavel Kulisek durante su encierro en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, trató de quitarse la vida, porque, según lo ha declarado, perdió la esperanza.

En los más de tres años que estuvo detenido, el canadiense fue ignorado por los medios nacionales de su situación y lo mismo ocurrió la semana pasada cuando recuperó su libertad.

En una entrevista concedida a Global News, Pavel Kulisek se muestra incierto sobre su futuro, pero de lo que está convencido es que no regresará a México.

Kulisek y su familia vivían en Los Barriles ya que eran de los tantos canadienses que dejan su país para huir de las bajas temperaturas. Pavel se dedicaba a la construcción en el poblado de Baja California Sur y tenía el gusto por las motocicletas de carreras, que lo llevó a conocer al narcotraficante Gustavo Rivera, sin saber cuál era su verdadera identidad.

El 11 de marzo de 2008, Pavel Kulisek acompañó a Rivera Martínez, quien se hacía pasar como empresario de la construcción, a comer unos hot-dogs, y en ese momento se implementó el operativo de captura del narcotraficante.

Junto con Rivera Martínez fueron asegurados Marcos Asemat Hernández y Antonio Moreno Herrera. Assemat, quien se ha convertido en testigo protegido de la Procuraduría General de la República, fue quien señaló a Pavel Kulisek como miembro del crimen organizado.

Más de tres años después que fuera exhibido por la Policía Federal, Kulisek recuperó su libertad sin ninguna disculpa de las autoridades mexicanas, declara, y regresó con su familia, entre ellas dos niñas menores de 7 años, en Vancouver, Canadá.

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