El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) es la dependencia oficial de México que se ocupa de los remates de todos estos narcobienes. Todo se guarda en 60 depósitos desperdigados por todo México.
Los autos decomisados se venden a 700 pesos mexicanos (casi 55 dólares), hay celulares por 10 (0,80 de dólar) y, por ejemplo, se vendió un lote de 51 anillos de oro por 34 pesos (menos de 3 dólares) cada uno, según se difundió.
El depósito, ubicado en las afueras de la capital, tiene estacionados en sus tres hectáreas más de 900 vehículos (motos, autos, camionetas, trailes, etc.), 100 de ellos, blindados. Aunque estos últimos son más difíciles de vender, porque las balas en sus carrocerías delatan su procedencia. El director general del Servicio de Enajenación, Sergio Hidalgo Monroy, explicó que enfrentan problemas para colocar los bienes que estuvieron involucrados en algún delito federal. "Si se da a conocer a los compradores, hay varios que desisten de participar", asegura.
El encargado de uno de estos almacenes aseguró para el diario mexicano que es muy importante mantener oculta la ubicación para que los capos narcos no manden a sus bandas de sicarios a intentar recuperar sus bienes.
Entre los productos decomisados, no sólo hay autos. Se encuentra de todo, incluso juguetes: máquinas tragamonedas, jeeps eléctricos para niños, sillones, estatuas, productos tecnológicos, discos y ropa pirata, entre otros.
Un ejemplo de las ventas que realizó el SAE son las dos propiedades del general Jesús Gutiérrez Rebollo, sentenciado a 40 años de prisión por vínculos con el narcotráfico, fueron vendidas en enero de 2009 en 4,3 y 4,5 millones de pesos (346 mil y 363 mil dólares respectivamente).
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