Mientras se divertían en una fiesta, nunca se imaginaron que el desenlace para una familia sería fatal, debido a que de forma intempestiva un comando armado se metió a la celebración y se llevó a siete hombres de la misma línea sanguínea. Minutos después los encontraron ejecutados en medio de un paraje desolado del municipio de Cihuatlán.
Alrededor de las 11 de la noche el comando ingresó a la reunión, los testigos señalan que los sicarios llevaron la tarea de separar a las mujeres y niños de los hombres con la intención de encontrar sólo a sus victimas para completar su misión.
Entre los ejecutados estaba el papá quien tenía 72 años y lo dejaron a mayor distancia de separación, del resto de sus familiares.
La reunión familiar se desarrollaba en el rancho 'La Minita', y en su mejor momento de repente se vieron rodeados por al menos una decena de hombres armados con fusiles de alto poder y la fiesta se congeló.
De esta forma los siete ejecutados fueron subidos a una camioneta propiedad de las víctimas.
Posteriormente a seis de los 'levantados' los bajaron a escaso 500 metros del rancho y los colocaron en fila para ejecutarlos con rifles AK-47 y AR-15. Los agresores escaparon en camionetas de doble tracción.
Pero dos kilómetros después de la primera masacre volvieron a detener la camioneta y bajaron al papá de los ejecutados, a quien le dieron dos balazos.
Los occisos fueron identificados como Luis Madrigal Virrueta, de 68 años; Juan Madrigal Virrueta, de 66 años; así como Héctor, José Luis, Ezequiel y Antonio, Madrigal Guillén, de 35, 34, 32 y 28 años respectivamente.
El patriarca de la familia llevaba el nombre de Santiago Madrigal Esparza. Se desconoce por qué a él no lo victimaron junto con sus demás familiares.
Finalmente no se sabe cuál es el motivo de la ejecución masiva, aunque todo apunta a que podría tratarse de un ajuste de cuentas por problemas ejidales en la zona. Otra versión señala a problemas por la producción de drogas.
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