Dejan cuerpos mutilados en Tlajomulco, Jalisco
Se acabaron los tapujos, carnicería humana a ojos de todos.
Los cadáveres de tres hombres mutilados con sus extremidades y cabezas dispersas en la calle, fueron encontrados en una calle de la Colonia Las Amapas, en Tlajomulco de Zúñiga.
Es el primer caso en Jalisco al "estilo michoacano": fragmentos humanos tirados en lugares públicos. Ante la avalancha de ejecuciones y la disputa por la Plaza de Guadalajara, por el crimen organizado, las corporaciones policiales han sido rebasadas, la Procuraduría General de Justicia del Estado no ha arrestado a ninguna persona en relación a los crímenes y narcomutilaciones que desde el mes pasado han azotado la zona conurbada.
Fracasó su reunión de "inteligencia y coordinación" entre policías municipales y la Secretaría de Seguridad Pública para tratar de frenar que el narco tomara la ciudad como "campo de batalla".
El terrorífico rompecabeza humano fue localizado alrededor de las 7:05 horas por vecinos cuando salían a trabajar de la privada Tobías, en su cruce con Capomo, se toparon con una imagen que no olvidarán en su vida: tres troncos con huellas de tortura, brazos, pies y cabezas esparcidos entre la banqueta y empedrado de Tobías; dos de los bustos tenían pintado un narcomensaje que decía: "At.t.e La Resistencia"; autodenominado así, uno de los grupos que junto a otro que han llamado "Los Torcidos" desde el pasado mes han protagonizado una auténtica carnicería humana, al mutilar a sus víctimas y empaquetarlas en bolsas, edredones o cobijas amarradas, y que ahora, pese a que sí se encontraron bolsas negras y cobijas, ahora los sicarios simplemente destaparon los paquetes y desparramaron extremidades y cabezas; forenses tendrán que armar el rompecabezas humano como parte de la posible identificación de los occisos.
Es el primer caso en Jalisco al "estilo michoacano", pues fue en el Estado vecino donde comenzaron a registrarse este tipo de ejecuciones acompañadas de mutilaciones en lugares públicos. Los troncos encontrados hoy tenían huellas de tortura, las cabezas tenían los ojos y boca encintados con cinta color plata. Algunas heridas parecían cauterizadas, como si las hubieran cortado con una sierra, pero otros se ven tan maltrechas tal vez cortadas con serrucho o cuchillo. Dos horas después del hallazgo, se presentó personal de Servicio Médico Forense, el cual se sabe no se da abasto con tanto trabajo en materia de criminalística, debido al incremento lo que el propio Procurador de Justicia del Estado, Tomás Coronado Olmos, llamó "el año de las ejecuciones".
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