Indignado Obama por muerte de estadounidenses en Juárez


Tres personas afiliadas a un consulado estadounidense en Juárez, una ciudad mexicana plagada con violencia por el narcotráfico, murieron durante un tiroteo perpetrado desde un automóvil, informó el domingo un funcionario estadounidense, y la Casa Blanca dijo que el presidente Barack Obama está indignado con la noticia.

Dos ciudadanos estadounidenses y la esposa de un empleado mexicano murieron el sábado por la tarde, dijo el funcionario, quien habló bajo condición de no revelar su nombre.

La Casa Blanca dijo que Obama estaba ``profundamente entristecido e indignado'' por las muertes de quienes tenían nexos con la sede diplomática estadounidense en Ciudad Juárez.

El presidente Obama ``extiende sus condolencias a las familias y condena estos ataques contra el personal consular y diplomático que presta servicio en nuestras misiones extranjeras'', dijo la Casa Blanca en una declaración. ``De concierto con las autoridades mexicanas, trabajaremos incansablemente para llevar a sus asesinos ante la justicia'', agregó.

El Departamento de Estado norteamericano informó el domingo que autorizó a empleados del gobierno en seis consulados estadounidenses del norte de México a sacar a sus familiares de la zona debido a temores por el aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico.

Por lo menos 18.000 personas han muerto desde que el presidente mexicano Felipe Calderón lanzó una ofensiva contra los narcotraficantes en diciembre de 2006, poco después de asumir el poder.

El Departamento de Estado norteamericano dijo que los familiares están autorizados a abandonar las ciudades fronterizas de Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Monterrey y Matamoros.

El Departamento dijo en su comunicado que ataques violentos recientes forzaron a las embajada estadounidense en Ciudad de México a recomendar a los ciudadanos estadounidenses que pospongan viajes innecesarios a zonas de los estados norteños mexicanos de Durango, Coahuila y Chihuahua.

La sangrienta guerra contra el tráfico de drogas ha plagado la zona fronteriza de México con Estados Unidos desde hace años y las calles alguna vez activas lucen vacías al oscurecer. El gobierno mexicano ha despachado más de 45.000 soldados para luchar contra los carteles desde que Calderón subió a la presidencia.

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