Vinculan al agresor del futbolista con el lugarteniente de Arturo Beltrán Leyva


La deuda por droga que supuestamente acumuló el goleador del club América, Salvador Cabañas, era tan significativa para los narcomenudistas “de lujo”, que no perdonaron el cobro a pesar de que el vendedor con quien el futbolista tenía tratos directos ya había muerto.

La conjetura apunta a que los socios del difunto —caído en alguna escaramuza de narcotraficantes— ya estaban hartos de que el famoso delantero paraguayo, de 29 años, se negara a pagar.

Al parecer, tales serían las razones para que José Jorge Balderas, alias “JJ” o “El Modelo”, disparara la bala que los médicos no han podido sacar del cerebro y lo mantiene sedado desde que llegó a un hospital privado la madrugada del lunes, procedente del bar Bar, en el sur de la Ciudad de México, donde fue la agresión.

La información, revelada por una fuente de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) que pidió anonimato, es una de las líneas de investigación que reservan las autoridades ante las posibles afectaciones que pudiera acarrear un lío de narcos a la imagen del equipo, a sus dueños (Televisa), al futbol mexicano y a la afición.

“Tírale, tírale, si tienes muchos huevos”, gritó Cabañas a su agresor, según versiones policiacas sobre el momento en que fue baleado el famoso delantero, considerado en 2008 el mejor jugador del Continente Americano.

Se presume que el campeón no calculó las consecuencias de sus bravuconadas porque estaba en otra cancha: en los terrenos de juego de uno de los tentáculos del cartel de los Beltrán Leyva, de las seis organizaciones criminales que controlan el trasiego de droga en México.

Según los informes recopilados por la PGJDF, JJ Balderas trabajaría para Gerardo González Benavides o Abraham Esparza Plancarte, alias “Tony la Mentira” o “La Bitch”, primo hermano de Édgar Valdés Villarreal, “La Barbie”.

De origen texano, Valdés es uno de los hombres más buscados por la Agencia Federal contra el Nacotráfico (DEA) y líder del grupo de sicarios Los Negros (al servicio de Los Beltrán Leyva), que aterroriza a por lo menos 18 estados del país, entre descuartizados, balaceras y venganzas contra sus archirrivales Los Zetas, gatilleros del cartel del Golfo.

Pero “JJ” estaría más bien dedicado a lavar dinero y a distribuir droga en diversos bares y discotecas del Estado de México y el Distrito Federal, entre ellos, el bar Bar, concurrido por estrellas de equipos de futbol de todo el país, que se dice viajaban exclusivamente para asistir a las fiestas de dicho antro.

La Policía difundió un video en el cual se documenta que Balderas recibía un trato preferencial en el bar Bar: mientras todos los clientes eran inspeccionados al entrar, “JJ” fue recibido con un abrazo fraternal por parte de uno los guardias de seguridad y entra por la libre.

Empleados del centro nocturno revelaron que tenían instrucciones por parte de los dueños para “no molestarlo”, y la PGJDF dijo que tras el disparo a “Chava” Cabañas, los encargados del bar facilitaron la huida de “JJ” y su escolta y hasta limpiaron con cloro el piso del baño donde ocurrió el ataque.

Con todo, las autoridades aún no logran documentar la embestida de “El Modelo” contra el futbolista: ni esta reciente hipótesis de la droga, ni el lío de faldas entre el cuñado del delantero y la rubia cubana, además de confundir a un hombre que ya se encontraba preso con el cómplice del agresor.

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