Vivir con miedo


El alcalde de una ciudad del Norte del país afirma que en su municipio los narcos controlan los giros negros

El alcalde de una ciudad del Norte del país afirma que en su municipio los narcos controlan los giros negros y abren bares y tugurios a placer y sin permisos de la autoridad. Una ocasión, dice, ante la queja de vecinos de una colonia de clase media alta, por la apertura de un giro negro, envió al lugar a su director de licencias.

El funcionario acudió y pidió ver los permisos de operación; en ese momento el enviado del Ayuntamiento fue secuestrado. Lo golpearon y tres días después lo soltaron en una playa del municipio semidesnudo. El resultado: el funcionario renunció y los narcos siguieron operando sus establecimientos ilegales.

En esa misma ciudad, refiere el alcalde, casi todos los establecimientos de una conocida marca de tiendas de conveniencia han sido acaparadas por el narco que las compra a sus dueños originales y las ha convertido en “tienditas” para venta de drogas por la noche. Lo saben las autoridades y nada sucede.

En Tapachula, un gasolinero narra cómo en una ocasión, el año pasado llegaron hasta su establecimiento personeros de Los Zetas a ofrecerle gasolina y diesel robados a precios especiales. El dueño de la gasolinera se negó, aunque sabía que la misma práctica la estaban haciendo con otros expendios de la ciudad.
Al día siguiente de su negativa, frente a su negocio se colocaron mantas que ofrecían la gasolina y el diesel a precios rebajados, lo que hizo que sus clientes aprovecharan la ganga. Ante la caída de sus ventas, que aguantó por unos días, el gasolinero terminó comprando el combustible de contrabando.

En Veracruz, un comerciante cuenta que un día llegaron a su local unos tipos armados a decir que le compraban el establecimiento; el negocio no está a la venta, les dijo él. Los tipos volvieron un par de veces y al escuchar más negativas, le advirtieron que se arrepentiría. Al día siguiente recibió un aviso: un hijo suyo estaba secuestrado y si no se presentaba en la notaría que le indicaban no lo volvería a ver. Fue a la notaría y al llegar le dieron a firmar unos papeles; eran las escrituras de su local que terminó firmando bajo presión y cediéndolo a los narcos.

En Tamaulipas hay empresarios que optaron por cambiar sus residencias a McAllen y a Laredo tras sufrir secuestros de sus familiares; en el Estado de México comerciantes y empresarios han denunciado el cobro de “derechos de piso o de protección” por parte de integrantes del narcotráfico… y así podrían seguir los relatos de extorsiones, sometimientos, miedo sembrado por sicarios del narco en amplias zonas del país. Pero el Presidente dice que su Gobierno ha actuado “y seguiremos actuando en contra de quienes amenazan la libertad de la gente, en contra de quienes pretenden someter a los mexicanos y hacernos sus siervos, acatar sus instrucciones, obedecer sus extorsiones, vivir con miedo” ¿Creen que lo está logrando?

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