Seis cárteles controlan el país


El narcotráfico en México en esta última década quedó bajo el control de seis grandes organizaciones criminales, las cuales operan a lo largo y ancho del territorio nacional en alianza o asociados con bandas criminales de cada Entidad.

Informes de la Procuraduría General de la República (PGR), de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), revelan que los cárteles de los Arellano Félix o de Tijuana, el de Juárez o La Línea, el cártel de Sinaloa o del Pacífico, el cártel de los hermanos Beltrán Leyva, el cártel del Golfo, además de “La Familia Michoacana”, dominan actualmente el escenario criminal en el territorio mexicano.

La importancia, poder e influencia de algunos de los cárteles de las drogas ha sufrido altibajos por el combate gubernamental y otros atraviesan por divisiones y en enfrentamientos internos que han mermado su fuerza, o bien se debaten en guerras por la supremacía de uno u otro.

Ejemplos de ello, es el cártel de los Arellano Félix, que actualmente enfrenta una división interna y lucha entre dos facciones de la misma organización; los cárteles de Sinaloa y de Juárez sostienen una guerra, lo mismo que el cártel del Golfo y “La Familia Michoacana”.

Las familias sinaloenses o con orígenes en esa región siguen controlando bajo el “lazo de sangre” cuatro de las seis organizaciones del narcotráfico en México, lo cual habla del peso e influencia que desde antaño y en la última década han ejercido personajes oriundos de esa Entidad, como Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy”, Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo Guzmán”, Ismael “El Mayo” Zambada, Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, Los hermanos Arturo, Héctor y Mario Alberto Beltrán Leyva y Fernando Sánchez Arellano, “El Ajustador”. Todos ellos continúan con el control y el poder de sus organizaciones, pese a los reacomodos, detenciones y muertes ocurridas en el entorno de cada uno de los cárteles
En otra escala se encuentran los cárteles del Golfo y de “La Familia Michoacana”.

La primera de ellos adoptó para su crecimiento características de paramilitarismo al ser incrustados en la estructura de mando los ex militares que integran el brazo armado del cártel del Golfo, los desertores del Ejército quienes comenzaron siendo sicarios de la organización y ahora prácticamente se han apoderado de la organización.

Resultado de la unión de grupos criminales bajo el lema del arraigo, la familia y la religión, “La Familia Michoacana” desbordó cualquier previsión oficial y se convirtió en una de las más peligrosas organizaciones a que se enfrentan actualmente las autoridades.

Organización desdibujada

Los hermanos Arellano Félix o cártel de Tijuana detentaron un férreo poder hasta hace un par de años cuando desde el interior de la organización uno de sus testaferros se rebeló contra el poderío del clan establecido en esa frontera por Benjamín Arellano Félix, ya preso y a punto de ser extraditado a Estados Unidos.

Luego de la captura de Francisco Rafael en 1993, el mayor descalabró al grupo fue la muerte en 2001 de Ramón, otro de los hermanos, cuando estaba en su apogeo su confrontación con otros jefes del narco mexicano, como son “El Mayo” Zambada, “El Chapo” Guzmán y “El Güero” Palma, comenzó a desdibujar a la organización.

La captura o muerte de otros de sus cómplices a lo largo de esta década preparó un ambiente de crisis en la organización que detonó tras el arresto de Francisco Javier, “El Tigrillo”. La última y más reciente captura de otro hermano, Eduardo, “El Doctor”, puso en jaque el control de la familia al frente del grupo criminal que para autofinanciarse recurrió al secuestro y la extorsión. Ahora, Fernando Sánchez Arellano, sobrino de los Arellano Félix, “El Ajustador”, está al frente pero enfrenta la insubordinación de Eduardo García Semental, “El Teo”, quien le disputa el mando.

Alianza de intereses

Las cabezas visibles del cártel de Sinaloa son Ismael “El Mayo” Zambada, Joaquín “El Chapo” Guzmán, Ignacio Coronel, y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul”. Todos ellos han firmado una alianza de intereses que les ha permitido controlar una vasta zona del territorio mexicano.

Sus dirigentes protagonizaron la primera disputa visible del narcotráfico en México contra los hermanos Arellano Félix, cuyo capítulo más renombrado fue cuando se produjo en 1993 el homicidio del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en el aeropuerto de Guadalajara.

Después participarían con el cártel de Juárez y los hermanos Beltrán Leyva en la conformación de lo que se conoció como “La Federación” de Cárteles que intentó entre otros objetivos frenar el avance del cártel del Golfo, pero esta endeble alianza se rompió cuando fue asesinado Rodolfo Carrillo Fuentes, “El Niño de Oro”, y se desquebrajó totalmente cuando fue detenido en enero de 2008 Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”, el menor de los hermanos de ese clan y se acusó de ello a sus ex socios.

En este momento tiene abiertos frentes contra sus ex aliados en Guerrero, Morelos, Distrito Federal, estado de México, Michoacán, Chihuahua, Durango, Sonora y Tijuana. Sin embargo, también sufrió descalabros como fue la captura de sus principales operadores, Vicente Zambada Niebla, “El Mayito”, y Jesús Zambada García, “El Rey”, hijo de “El Mayo” Zambada, además de dos sobrinos de éste último. A ello se suma la muerte de Arturo Guzmán, “El Pollo”, hermano de “El Chapo” Guzmán.

Los cárteles de los hermanos Arellano Félix, Juárez, Sinaloa, los Beltrán Leyva, del Golfo y la Familia Michoacana, son las organizaciones que controlan el tráfico de drogas

Los cárteles de Juárez, Sinaloa y los Beltrán Leyva, conformaron “La Federación” para frenar al del Golfo. La alianza se rompió cuando fue asesinado Rodolfo Carrillo Fuentes

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