Los vistosos apodos de los narcos mexicanos
Los apodos de los narcotraficantes pueden ser llamativos y amenazantes o surreales e inocentes.
Algunos reflejan el rango de un matón, mientras que otros vienen de sus épocas de escolares. También pueden aludir a la reputación del individuo, como en el caso de un mafioso conocido como "El más loco".
Muchos de los apodos usados por los colombianos son tan ingenuos como los de los mexicanos.
Un hermano del capo Pablo Escobar, Roberto, era llamado "Osito" porque ese era el nombre de un negocio de bicicletas que tuvo.
Los Zetas -una banda de ex soldados que trabaja para el Cartel del Golfo en México- emplea un estilo militar y asigna a su gente apodos que empiezan con la letra Z, seguida por un número. "Z1" al "Z10" son miembros fundadores.
La letra "L", seguida de un número, está reservada para guardaespaldas y ayudantes. Cuanto más alta la cifra, más bajo el rango.
Algunos conservan su número alto a medida que van escalando posiciones. Otros cambian de apodo, como hizo Iván Velázquez Caballero, que dejó de lado el de "L50" y pasó a ser conocido como "Talibán".
Las autridades no saben por qué Armando Santiago Orozco, capturado en enero en el estado de Oaxaca, es conocido como "Mando Conejo".
El capo Alfredo Beltrán Leyva, arrestado el año pasado, es "El Mochomo", nombre de una dañina hormiga del noroeste de México.
A menudo los narcotraficantes están encantados con sus apodos.
Steve Robertson, veterano agente de la DEA, dijo que el traficante Gilberto Ontiveros, alias "El Greñas", cuando cayó preso en 1989 hizo que otros reclusos confeccionasen pins con cabello artificial parecido al suyo para venderle a los visitantes.
La Barbie, sí, la muñequita.
Ocurre que Valdez nació en Estados Unidos y es rubio, con ojos azules.
Edgar Valdez Villarreal es probablemente el principal asesino a sueldo del cartel de la droga más sanguinario de México.
Tabién pueden ser inocentes en una cultura habituada a dar sobrenombres a la gente, incluso desde la infancia, como ocurrió con el asesino a sueldo Israel Nava, conocido toda su vida como "Ostión", hasta que fue asesinado en abril en el norte del país.
Lo llamaban "Ostión" desde la escuela primaria porque su padre tenía un puesto en el que vendía pescados.
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