Supuestos Elementos del Ejército Mexicano abrieron fuego contra un vehículo, dejando dos mujeres muertas y seis heridos, entre los que destaca un menor de once años, que se debate entre la vida y la muerte.
El auto ocupado en su mayoría por mujeres, se desplazaba de una estación de servicio a otra en busca de combustible, cuando sus tripulantes escucharon el tableteo de ametralladoras y las suplicas de un alto al fuego, eran opacadas por el estruendo de las armas disparadas en abanico por los militares encapuchados.
Gregoria Monjarráz González y Concepción González, de 38 y 52 años, respectivamente, quedaron muertas en el asiento trasero del auto Nissan Platina modelo 2002, en el que viajaban de raid.
Impactado contra un poste y con más de cien orificios, el vehículo quedó sobre la calle Manuel Avila Camacho entre Bernanbé Reyes y el Boulevard Bicentenario, donde las construcciones vecinas también habían sido blanco de los proyectiles.
Angel Ernesto González Escamilla de 20 años, con residencia en Allende,Nuevo León, señaló que en horas de la madrugada andaba en compañía de su amigo Yajairo Jovanni Arroyo Figueroa de 20 años, cuando les habló un amigo de nombre René, diciéndoles que regresaba de McAllen en compañía de su familia, pero que el auto se les había calentado en el municipio de China, pidiéndole que pasara por ellos.
A bordo del Nissan Platina Yajairo y Ernesto, decidieron ir por su amigo, llevándose con ellos a Daniel Quiróz Treviño de 16 años, Viridiana Abigail Gallegos de 17 y Perla García Olguín de 17.
Los cinco partieron de Allende a China, donde se encontraron a René, quien era acompañado de Juan Enrique Taméz Monjarráz de once años, Gregoria Monjarráz y Concepción González.
Presuntamente René le pidió a Yajairo que se llevara a las dos mujeres y el niño de regreso a la ciudad de Allende, mientras que él y otro amigo trataban de reparar su vehículo averiado.
Debido a que el Platina no traía suficiente combustible, apretados en su interior los ocho tripulantes se dirigieron a la gasolinera localizada en la esquina de Bicentenario y Avila Camacho, pero ésta se encontraba cerrada, por lo que decidieron avanzar hacia el centro de la ciudad.
Cuando intentaban incorporarse al carril de rodamiento para baja velocidad del Boulevard Bicentenial, empezaron a escuchar el estruendo de las armas, por lo que el conductor trató de ponerse a salvo, pero una bala le entraba por la espalda obligándolo a perder el control de la unidad, terminando impactado contra un poste.
En base al testimonio de los lesionados, un total de diez militares descendieron de una camioneta Dodge Ram cuatro puertas de color roja, para abrirse en abanico y seguir disparando.
Los gritos, el llanto y las súplicas de las cinco mujeres que viajaban en el asiento trasero, no eran suficientes para detener los proyectiles que hacían blanco en sus cuerpos, cegando de inmediato la vida de las dos mujeres adultas.
Cuando intentaban cambiar de cargadores, los presuntos militares encapuchados les pidieron que descendieran y se dieron cuenta que eran mujeres adultas las que estaban sin vida en el interior del vehículo.
Con las manos en alto, escucharon a los militares cuando las amenzaban si decían quienes eran ellos y diciéndoles adiós, se retiraron.
Perla García Olguín señaló que cuando se retiraron los militares ellos corrieron en busca de ayuda a los domicilios cercanos, pero nadie les abría las puertas.
"Nosotros gritábamos y pateábamos las puertas, pero nadie salía. Nunca olvidare la cara de doña Concha, con su boca abierta, viendo al techo del carro y sin vida", decía Daniela Quiróz, mientras se limpiaba un hilillo de sangre que escurría por sus hombros.
Las tres mujeres sobrevivientes, presentaban impactos de bala en su cuerpo, mientras que Yajairo Jovanni y el pequeño Enrique Taméz, eran trasladado de urgencia a un hospital de Monterrey, Nuevo León.
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