Narcotráfico en México

Desde hace seis meses, los custodios del Cereso de Cieneguillas, Zacatecas estaban bajo el "acoso permanente y las amenazas" de Los Zetas –brazo armado del cártel del Golfo-, no sólo en el penal, sino también en la calle, hechos que hicieron del conocimiento del gobierno estatal, "pero no se hizo nada", aun cuando el 16 de enero el comandante del servicio de guardia, Tomás Garay Rojas, fue levantado y desde entonces está desaparecido.

A través de una carta remitida a los medios de comunicación por parte de los custodios que se encuentran en libertad, se asegura que ellos y "los 44 compañeros sujetos a arraigo, somos víctimas de la pasividad y el abandono en que nos tiene el gobierno del estado", reporta La Jornada.

Los quejosos proporcionaron copias de varios oficios que en su momento remitieron a Eduardo Romero García, director del penal (también arraigado), y a la Dirección de Prevención y Readaptación Social, dependiente de la Secretaría General de Gobierno, "pero nos dejaron solos".

En la misma misiva afirman que "desde hace un año" habían pedido a las autoridades penitenciarias "el traslado de estos internos a una cárcel de máxima seguridad", pero nunca se les hizo caso, "desconociendo los motivos, ya que hasta en los medios de comunicación se dio a conocer que los internos de población se amotinaron (en noviembre de 2008) y la gobernadora Amalia García Medina hizo caso omiso de la ayuda que se requería".

Ante tal situación, los custodios hacen "un llamado a los diputados y senadores encargados de las comisiones de Seguridad Pública en su Cámara, para que las mismas hagan una investigación a fondo, busquen responsabilidades y estén los que deban estar tras las rejas, encerrados en prisión. Se omiten firmas por razones de seguridad, esperando disculpen la obvia razón".

Entre otros documentos anexos en su denuncia revelaron que, desde el último motín en noviembre, se confinó en el área de separos a los 53 zetas que se fugaron, a pesar de que esa zona tiene capacidad sólo para 16 reos. Otro documento detalla cómo en vehículos con vidrios polarizados y sin placas, Los Zetas acosaban a los custodios en su recorrido del trabajo a sus casas.