Dos cuerpos de sujetos no identificados con los ojos vendados y las manos atadas con cinta gris fueron dejados en las inmediaciones del monumento a Juan de Oñate.
El primero de ellos, de entre 30 y 35 años de edad, así como un segundo, de entre 34 y 40, fueron encontrados durante la mañana de ayer en las cercanías del Boulevard Cuatro Siglos, en las calles Libramiento Regional y Valle del Sol, próximo al monumento a Juan de Oñate.
La Policía Ministerial recibió el reporte realizado por habitantes de ese sector a las 6:25 horas.
Ahí, además de los cuerpos
-uno de ellos dentro de un cazo de cobre-, los peritos investigadores localizaron 20 elementos balísticos, calibre no identificado.
Cuando llegaron a la escena del crimen, los citados elementos confirmaron la presencia de dos cuerpos sin vida, los cuales tenían las manos atadas con cinta adhesiva gris, así como el mismo tipo de cinta cubriéndoles los ojos.
Descripcion de los cuerpos
El primer cadáver se localizaba sobre el suelo en posición de decúbito dorsal (boca arriba), con heridas producidas por proyectiles de arma de fuego en región pectoral derecha e izquierda, brazo derecho y región occipital. Media filiación: de entre 30 y 35 años de edad, complexión regular, tez morena, 1.75 metros de estatura, cabello corto y negro. Vestimenta: camiseta de tirantes, pantalón de mezclilla negro, bóxer a cuadros blancos y negros, sandalias negras.
El segundo cuerpo fue encontrado en el interior de un cazo de cobre, en posición sedente con las piernas flexionadas y recargadas sobre el suelo. Como huellas de violencia el cadáver presentó heridas en región temporal lado izquierdo, fosa nasal derecha, hombro izquierdo y espalda, producidas por proyectiles de arma de fuego. Media filiación: de entre 35 y 40 años de edad, complexión regular, tez morena, 1.75 metros de estatura, cabello corto y oscuro. Vestimenta: camisa amarilla a cuadros azules y verdes, pantalón beige, calcetines blancos.
Los peritos en criminalística de campo localizaron en la escena del crimen 20 elementos balísticos cuyo calibre está por ser determinado, siendo todos fijados y embalados para su envío al Laboratorio de Balística Forense, previa cadena de custodia.
Los cuerpos fueron trasladados a las instalaciones del Servicio Médico Forense, donde especialistas realizarán las necropsias de ley a fin de establecer las causas de los fallecimientos.
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