Más de 150 integrantes de la Agencia Federal de Investigación (AFI), el equivalente en México al FBI estadounidense, se manifestaron hoy contra la unificación de la policía, un plan con el que el Gobierno pretende reforzar la lucha contra el crimen organizado.
Los efectivos de la AFI aseguran que con ese plan, con el que pasarán de depender de la Fiscalía General a hacerlo completamente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), perderán su carrera policial, derechos laborales, antigüedad, dietas y la facultad de realizar tareas de investigación.
Actualmente los miembros de la AFI están adscritos a la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía), aunque su presupuesto depende de la SSP, responsable de la policía nacional.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, propuso los cambios el 21 de agosto pasado ante el Legislativo, pero la iniciativa todavía no ha sido aprobada.
En declaraciones, varios manifestantes que pidieron mantener en reserva su identidad denunciaron que desde la mañana de hoy agentes de la Policía Federal Preventiva, de la SSP, irrumpieron en la sede central de la AFI y "bajo amenazas" les impidieron ingresar a sus despachos.
Con el pretexto de que la Agencia ya no va a seguir funcionando si se aprueba el plan gubernamental, los miembros de la Policía Federal Preventiva instaron supuestamente a los de la AFI a iniciar los trámites para incorporarse a una nueva corporación federal única.
Los manifestantes, que estaban uniformados pero no armados, explicaron que la ocupación de sus oficinas es una forma de obligarlos a renunciar a sus derechos laborales o a separarse de manera voluntaria de la AFI.
Fuentes de la SSP consultadas por Efe rechazaron que sus hombres hayan irrumpido en las instalaciones de la AFI.
Los agentes que participan en la protesta permanecieron varias horas fuera de las oficinas de la Fiscalía en el Paseo de la Reforma de la capital mexicana, tratando de que los recibieran los altos mandos de la corporación, algo que hasta el momento no ha sucedido.
Según informes extraoficiales de los medios de comunicación, la violencia del crimen organizado se ha cobrado este año más de 3.200 vidas, entre ellas las de decenas de agentes policiales, muchos de ellos asesinados por sicarios de los cárteles de drogas con los que estaban involucrados o por sus grupos rivales.
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