Las autoridades mexicanas encontraron hoy los cadáveres de tres hombres decapitados y sus cabezas calcinadas a pocos metros de distancia en un basurero de Tijuana, localidad fronteriza con EE.UU., informó hoy la Procuraduría (fiscalía) General de Justicia de Baja California.
Un portavoz de la dependencia explicó que los cadáveres tenían mensajes atribuidos al narcotráfico que inducen a pensar en un posible ajuste de cuentas.
El hallazgo fue reportado a las 08.00 hora local (15.00 GMT) en un vertedero de la colonia García, donde todavía trabajan policías y peritos para recabar datos sobre el crimen.
Los mensajes están dirigidos al jefe del cártel de los hermanos Arellano Félix, Fernando Sánchez Arellano, uno de cuyos lugartenientes, Rubén Ríos Estrada, alias "El Pit", fue arrestado la semana pasada.
"Somos gente del debilitado 'Ingeniero'", rezaban los mismos, colocados sobre los cuerpos de las víctimas, según confirmó el subprocurador (vicefiscal) de la zona, Salvador Ortiz.
"El Ingeniero" es el apodo de Fernando Sánchez Arellano, a quien al parecer desde hace tiempo varios narcotraficantes rivales le disputan el control de esa organización criminal, también conocida como el cartel de Tijuana, presuntamente por no haberla sabido manejar adecuadamente.
Grupos de sicarios como los encabezados por El Muletas, La Perra y El Teo, en franco reto a este hombre, empezaron a secuestras, realizar levantones y mover droga, provocando, sobre todo con las primeras acciones, gran escándalo y temor entre la sociedad.
Esto llevó a una obligada respuesta del Estado para combatirlos, lo que propició a su vez que el "ingeniero" ordenara la muerte de esos sicarios, lo que pretendía hacerse en aquel enfrentamiento que se dio en El Cañaveral, donde ninguno de los
mencionados falleció.
El Teo y sus seguidores se dispersaron, en tanto pesa sobre sus cabezas, condenas de muerte; de La Perra se dice que regresó a las filas del ingeniero y de El Muletas no se ha sabido más, sin embargo, tal parece que la lucha dentro de este grupo arreció tras la retirada del general Sergio Aponte Polito, de la Segunda Región Militar y la captura de Pedro Ignacio Zazueta (a) "El Pit".
El lunes fue hallado otro cadáver decapitado en la Colonia Valle Imperial de la misma ciudad fronteriza con San Diego (Estados Unidos), en los límites con el municipio de Rosarito.
Tijuana es una de las zonas donde fueron desplegados militares y policías federales mexicanos para tratar de contener la violencia asociada al crimen organizado.
En todo el país 2.864 personas han sido asesinadas este año en acciones relacionadas con el crimen organizado, según datos extraoficiales.
La decapitación de las víctimas es una práctica relativamente nueva entre los sicarios del narcotráfico, que en ocasiones abandonan los cuerpos junto a animales muertos, envueltos en mantas, calcinados o con mensajes de amenaza.
Un portavoz de la dependencia explicó que los cadáveres tenían mensajes atribuidos al narcotráfico que inducen a pensar en un posible ajuste de cuentas.
El hallazgo fue reportado a las 08.00 hora local (15.00 GMT) en un vertedero de la colonia García, donde todavía trabajan policías y peritos para recabar datos sobre el crimen.
Los mensajes están dirigidos al jefe del cártel de los hermanos Arellano Félix, Fernando Sánchez Arellano, uno de cuyos lugartenientes, Rubén Ríos Estrada, alias "El Pit", fue arrestado la semana pasada.
"Somos gente del debilitado 'Ingeniero'", rezaban los mismos, colocados sobre los cuerpos de las víctimas, según confirmó el subprocurador (vicefiscal) de la zona, Salvador Ortiz.
"El Ingeniero" es el apodo de Fernando Sánchez Arellano, a quien al parecer desde hace tiempo varios narcotraficantes rivales le disputan el control de esa organización criminal, también conocida como el cartel de Tijuana, presuntamente por no haberla sabido manejar adecuadamente.
Grupos de sicarios como los encabezados por El Muletas, La Perra y El Teo, en franco reto a este hombre, empezaron a secuestras, realizar levantones y mover droga, provocando, sobre todo con las primeras acciones, gran escándalo y temor entre la sociedad.
Esto llevó a una obligada respuesta del Estado para combatirlos, lo que propició a su vez que el "ingeniero" ordenara la muerte de esos sicarios, lo que pretendía hacerse en aquel enfrentamiento que se dio en El Cañaveral, donde ninguno de los
mencionados falleció.
El Teo y sus seguidores se dispersaron, en tanto pesa sobre sus cabezas, condenas de muerte; de La Perra se dice que regresó a las filas del ingeniero y de El Muletas no se ha sabido más, sin embargo, tal parece que la lucha dentro de este grupo arreció tras la retirada del general Sergio Aponte Polito, de la Segunda Región Militar y la captura de Pedro Ignacio Zazueta (a) "El Pit".
El lunes fue hallado otro cadáver decapitado en la Colonia Valle Imperial de la misma ciudad fronteriza con San Diego (Estados Unidos), en los límites con el municipio de Rosarito.
Tijuana es una de las zonas donde fueron desplegados militares y policías federales mexicanos para tratar de contener la violencia asociada al crimen organizado.
En todo el país 2.864 personas han sido asesinadas este año en acciones relacionadas con el crimen organizado, según datos extraoficiales.
La decapitación de las víctimas es una práctica relativamente nueva entre los sicarios del narcotráfico, que en ocasiones abandonan los cuerpos junto a animales muertos, envueltos en mantas, calcinados o con mensajes de amenaza.
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