¿Que paso en Mexicali el 20 de Julio?


Las dudas sobre lo que realmente ocurrió en el restaurante de Mexicali persisten ante las distintas versiones que han dado sobre el caso los militares.

La tardía culpabilidad de Justo Buenaventura abonó el terreno de la sospecha. Oficialmente, la realidad es que el ex Director de la PEP fue suspendido y es investigado.

Extraoficialmente, presentes en el lugar fueron claros sobre quién disparó, y no mencionaron a Buenaventura. La aparición del video tomado al interior del restaurante revelaría la verdad. La Procuraduría del Estado es la responsable de aclarar el caso.

Uno de los presentes en el restaurante “Pampas” en Mexicali la tarde del domingo 20 de julio declaró, bajo protesta de decir verdad:

“…cuando escucho un tronido igual a un disparo de arma de fuego, cuando me volteo me di cuenta que las personas que acompañaban al señor Aponte se acercaron a la mesa, quitándole una pistola de color negra tipo escuadra, misma que de inmediato una de las personas que lo acompañaba le quitó el cargador”.

Así quedó asentado en la investigación que sobre la detonación de arma de fuego se lleva a cabo en la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Sin embargo, en voz oficial, el peritaje apunta a que quien disparó el arma de fuego, fue el Mayor Justo Buenaventura Jaimes, hoy ex Director de la Policía Estatal Preventiva y a quien los testigos presenciales no ubican en la escena del disparo.

“La bala recuperada del restaurante coincide con el arma de cargo del Mayor”, dijo un alto funcionario de la administración de José Guadalupe Osuna Millán.

Extraoficialmente, en los corrillos de la Policía Estatal Preventiva el martes 22 de julio, se dijo que a la misma hora de los hechos y el domingo 20, el Mayor Buenaventura se encontraba comiendo, pero en el Kentucky Fried Chiken de la Avenida Justo Sierra. Mientras otros agentes estatales aseguraban que estaba en Ensenada.

Pero ésta no es la única contradicción en el caso “Pampas”.

La reacción de los militares, ambos, el General y el Mayor retirado, fue lenta y originó aun más versiones encontradas.

Los hechos

De acuerdo a las declaraciones de testigos, comensales y empleados del restaurante en Mexicali, el domingo a las seis de la tarde, el General Sergio Aponte Polito llegó al lugar con una mujer y una niña de entre nueve y doce años de edad. Le acompañaron también unos seis militares que hicieron la función de escoltas.

Explicaron que el Comandante de la II Región Militar llegó a la mesa número siete en el ala derecha del local. Se sentó pegado a la pared, dando la espalda a la entrada principal del restaurante. A su lado izquierdo la dama que lo acompañaba, del derecho un hombre y frente a sí, la niña. Pidieron los adultos vodka tonic, una margarita y un clamato.

Les sirvieron la comida y continuaron relajados con la bebida. Buscaron y pagaron los servicios de los músicos del lugar; las peticiones fueron variadas y la música comenzó a fluir.

Algunos declarantes identifican a Aponte como un hombre robusto, de pelo entrecano, vestido de manera informal y en franco festejo. Un brindis dio paso a otro hasta el momento justo en que los empleados realizan el corte de caja y escuchan un disparo.

Lo que siguió después, lo relataron por lo menos cinco testigos ante la Agencia del Ministerio Público: Los escoltas del General se acercaron a la mesa del militar, lo sujetaron, uno de ellos acudió a la caja registradora a pedir la cuenta, se la otorgaron y la pagó de manera inmediata.

Otro de los presentes declaró:

“Sí alcancé a ver a la persona a la que le quitaron el arma de fuego uno de los escoltas, el cual se la quitó y la descargó siendo uno de los escoltas que se encontraba en una mesa a unos metros de él, y la persona que efectuó el disparo es una persona más o menos mayor, tez clara de estatura aproximadamente 1.70 metros, complexión regular o media, el cual vestía de playera clara, y sé que tiene por cargo el de general, pero no sé su nombre, sin embargo en el lugar de los hechos me enteré que se llama Aponte Polito…

“Cuando se escuchó la detonación como ya dije, uno de los escoltas desarmó a esta persona a que me refiero y entre todos, es decir los escoltas, lo sacaron encontrándose adelante con ellos la niña y la señora”.
Los testigos coincidieron que a su salida del restaurante, Aponte Polito dio las gracias a todos los que se encontraban en el local. Acto seguido, el resto de los comensales pidió su cuenta y se fue, a excepción de dos mesas, quienes fueron testigos de que en la parte superior de la barra de ensaladas había un orificio y debajo de la mesa 22, un casquillo de bala.

Todas las declaraciones de los testigos presenciales fueron tomadas el mismo domingo 20 de julio entre nueve y once de la noche en la Agencia del Ministerio Público Investigadora de Delitos.

La discordia

El Mayor Justo Buenaventura Jaimes apareció en la escena pública hasta el martes 22 de julio, cuando en un programa radiofónico el propio General Sergio Aponte Polito lo señaló como quien accionó el arma en el restaurante.

Antes de ello, la presencia del entonces director de la PEP no se había mencionado en la escena del crimen. Testigos no lo ubicaban en el lugar. De hecho, la propia autoridad estatal, lo incluye como responsable y partícipe de la reunión hasta la noche del miércoles 23 de julio. En un informativo de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado explicaron:

“A las 18:43 horas en la calzada Justo Sierra en la colonia Los Pinos reportan por medio del 066 disparos con arma de fuego en el interior del restaurante ‘Pampas’ se abocaron las autoridades al lugar indicado.

“Posteriormente indican por medio de la PEP que la persona que los realizó es el acompañante del Comandante del Ejército Mexicano Aponte Polito, el cual se encontraba con él, indican que el motivo al parecer es que no les gustó la música que se estaba tocando en el lugar”.

Como “acompañante” se refieren al Mayor Justo Buenaventura Jaimes. Abunda el comunicado:

“dl Disparo fue hacia el techo del local, reportan que el casquillo encontrado es de una bala calibre 9 milímetros. Los datos los confirma la licenciado del Ministerio Público Verónica Ortiz”.

Reuniendo la versión de los testigos y la versión oficial, resaltan los hechos:

1.- Dos militares armados y bebiendo en un restaurante familiar.

2.- Los dos militares fueron acompañados por una menor de edad, frente a la cual manejaron armas pudiendo ocasionar una tragedia.

3.- Los dos militares, uno de ellos autor del disparo, abandonaron la escena del crimen.

4.- Minutos más tarde, tras conocer la llegada de peritos del estado al lugar, un convoy de militares fue enviado a solicitar la bala y el casquillo.

Las palabras de Aponte

La versión primera indicaba que quien habría realizado el disparo fue el General Sergio Aponte Polito, Comandante de la Segunda Región Militar, pero él negó los hechos el lunes en cadena televisiva estatal. De hecho, no confirma ni declara que haya estado en el lugar; simplemente asegura que él no fue quien disparó.

El martes 22 de julio, el militar ofreció otra explicación de los hechos: Que sí estuvo en el lugar pero que él no disparó, que fue el Mayor Buenaventura Jaimes.

El restaurante “Pampas” se ubica en plena avenida Justo Sierra y la primera versión surgida la tarde del domingo fue en el sentido de que “un escolta de Aponte disparó al techo después que los músicos se negaron a dejar de amenizar el lugar”.

Al día siguiente La Voz de la Frontera publicó en primera plana un recuadro con lo que cabecearon como “extraña versión” y textualmente anotaron que “alguien parecido al general Sergio Aponte pidió dos canciones en el restaurant “Pampas”, que disparó en varias ocasiones y que luego se retiró del lugar…”

Esa misma noche en el noticiero nocturno de Televisa, Aponte negó que él haya disparado su arma, pero en ese momento no aclaró si estuvo en el lugar ni menos mencionó al Mayor Buenaventura Jaime.

“Le puedo asegurar bajo palabra de honor de que en ningún momento disparé un arma de fuego. Yo soy una persona consciente y respetuoso de las leyes y de las normas de convivencia. Me alarma profundamente este manejo, porque las personas que han sido afectadas por las Fuerzas Militares de la Segunda Región Militar en el combate al narcotráfico, pueden hacer un manejo malo, distorsionado de la información y afectar el prestigio del Ejército Mexicano. Aprovecho su medio de comunicación para hacer del conocimiento de la opinión pública que el comandante de la Segunda Regional Militar no realizó ningún disparo en ese restaurante que se maneja”, finalizó el general.

De acuerdo a una versión extraoficial el lunes por la mañana el entonces Director de la PEP, Justo Buenaventura, comentó a sus superiores que el domingo había visto al general pero por la mañana, cuando visitó las instalaciones militares.

Sin embargo, el martes por la mañana el propio General Aponte habló a varios medios matutinos –radio y TV– para hacerle agregados a su anterior aclaración:

“Palabra de honor que yo no soy la persona que realizó el disparo, yo tengo conocimiento de quién es y él está dispuesto a declarar, están las pruebas con las que se puede determinar la culpabilidad de una persona, está el casco, está la pistola con la que se realizó el disparo y está también otra prueba de rodizonato que pueden hacer las autoridades para determinar quién efectuó el disparo de la arma de fuego, pero yo le puedo asegurar que yo no soy esa persona. La persona me hizo del conocimiento y me pidió disculpas porque se ha venido manejando a mi persona como la responsable de este muy lamentable (…) está de por medio mi palabra de honor que yo no fui la persona que efectuó el disparo”.

Al preguntar el conductor del programa Café Político el nombre de quién disparó, Aponte respondió:

“Sí, es el Mayor de Infantería retirado Justo Jaimes Buenaventura, el director de la Policía Estatal Preventiva de Baja California. Ahí están las autoridades para que ellas determinen quién es la persona que realizó ese disparo. Debe tener la pistola de cargo, debe tener también el casco y está de por medio la prueba de rodizonato que le puede hacer a una persona para comprobar si disparó o no un arma de fuego.”

--¿Estuvo usted el domingo en la tarde en ese restaurante? –fue la otra pregunta.

“Efectivamente, estuve con mi familia, me di cuenta del incidente y por eso salí. Tenía yo instrucciones de no hacer ninguna declaración para no entorpecer las actividades que realizan las autoridades correspondientes…Yo soy la principal autoridad responsable de velar por la seguridad de la sociedad de Baja California, yo no puedo darme el lujo de estar realizando alguna actividad negativa, lo tomaría como mal ejemplo mi personal subordinado, confían en mí y yo no puedo hacer ese tipo de actividades…”

Esa mañana del martes Aponte habló a por lo menos a un programa de radio, otro de televisión y por la noche a uno más de televisión.

A las once de la mañana de ese martes se había especulado que en la Secretaría de Seguridad Pública el titular, Daniel de la Rosa, encabezaría una rueda de prensa pero no se realizó sino hasta las cuatro de la tarde. Ahí De la Rosa anunció la suspensión del Director de la PEP.

De la Rosa dio lectura a un documento.

“Con motivo de los comentarios vertidos en diversos medios de comunicación respecto de los acontecimientos suscitados el pasado domingo en el restaurante ‘Pampas’ de esta ciudad, se ha iniciado una investigación administrativa por parte del Área de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, para determinar lo conducente, en el caso de que existiera alguna participación de algún elemento de esta Secretaría en esos hechos…

“Nuestra responsabilidad es aportar todos los elementos para el esclarecimiento de los hechos y que se deslinden responsabilidades, por lo que la autoridad competente está investigando con responsabilidad, diligencia y conforme a derecho.

“En relación al Director de la Policía Estatal Preventiva, Justo Buenaventura Jaimes Villarreal, he determinado que sea suspendido de manera preventiva para dar curso a la investigación administrativa correspondiente y determinar si existe alguna responsabilidad de su parte en los hechos mencionados”, dijo el funcionario quien además aclaró que por ministerio de ley quedaba en el cargo de Director de la PEP Juan Miguel Guillén Gutiérrez, antes subdirector técnico.

La tarde de ese martes Buenaventura Jaimes se presentó a las instalaciones de la Procuraduría ya sin uniforme a presentar su testimonio y no dio entrevistas a medios. Trascendió que en su declaración dijo que el disparo había sido “accidental”, aunque la bala pegó en el techo interior.

Esa tarde, conforme a una encuesta de opinión realizada por Periódicos Healy (PH) en la que preguntaban a sus lectores quién creían que había hecho el disparó, el 58 por ciento de los usuarios de ese servicio en internet culpaban al Mayor Justo Buenaventura Jaimes, el 25.84 pensaba que había sido otro comensal y sólo el 16.02 responsabilizaban al General Sergio Aponte Polito. Las tendencias continuaron hasta el miércoles al mediodía

De nuevo en la SSP convocaron a rueda de prensa para anunciar el cese definitivo del Mayor Buenaventura.

Sin embargo, el cese no fue tomado en cuenta como un hecho real para la comunidad de PH, quienes la tarde del miércoles 23 de julio habían modificado su percepción. Para entonces los números de Justo y Aponte estaban muy parejos: 40.63 por ciento creían que el General había disparado y 43.5 por ciento que había sido el Mayor. Era obvio que la confianza de los cibernautas estaba a la baja.

Pero la confianza que estaba disminuyendo en los lectores de noticias se estaba contrastando con el silencio del gobierno y el gerente del lugar, porque en el restaurante desde el mismo lunes, reporteros de diversos medios acudieron al lugar y los representantes de la empresa no sólo no dieron información sino que los corrieron del negocio.

Trascendió que en el lugar del incidente hay una cámara de seguridad. La noche del domingo, personal del restaurante informó a los ministeriales que todo había quedado grabado en un circuito privado instalado en la empresa y aseguraron que se podía apreciar perfectamente cuando el militar de alto rango efectuó el disparo. Los agentes le pidieron al gerente que lo llevara a la Procuraduría cuando acudiera a ratificar su declaración.
Pero al día siguiente cuando se lo requirieron alegó temor; ante tal reacción el material le fue solicitado de manera oficial y terminó diciendo que no lo tenía, sin mayores datos.

Los investigadores analizan la posibilidad que personal militar se haya quedado con el disco-archivo, basados en el hecho que la tarde del domingo habían regresado a la escena del incidente a pedirles que les entregaran la bala y los casquillos recuperados.

El miércoles la Subprocuradora de Zona en Mexicali, de la procuraduría estatal, Cecilia Maciel, en rueda de prensa convocada para otro tema, se negó a hacer declaraciones en torno al incidente en “Pampas”.

“Consideramos prudente no hacer declaraciones, revelaciones en relación a las constancias de la indagatoria para evitar especulaciones”, argumentó la funcionaria.

Cinco días después de los hechos, el hermetismo público del Gobierno del Estado, las versiones de los testigos, las pruebas periciales y las múltiples y contradictorias declaraciones del General Sergio Aponte Polito han dejado abiertas una serie de dudas que en la Procuraduría General de Justicia del Estado están obligados a aclarar.

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