Narcotráfico en México

Después de la muerte de Arturo Beltrán Leyva, "El Barbas", a la organización criminal que dirigía le restan cuatro lugartenientes y jefes operativos, según la información con la que cuentan las autoridades federales.

El capo sinaloense tenía como brazos a dos jefes de sicarios: Sergio Villarreal Barragán, "El Grande"; y Edgar Valdez Villarreal, "La Barbie".

Conocido así por sus casi dos metros de altura, "El Grande" ha fungido en el último año como operador de "El Barbas" en el DF y Morelos.

Su característica ha sido la de perseguir y eliminar a los rivales, generando terror para apoderarse de plazas, lo que llevó a Beltrán Leyva a tomarlo en cuenta después de que
en 2006 logró controlar en pocos meses la región de La Laguna.

Originario de Laredo, Texas, "La Barbie" fue reclutado por Beltrán Leyva en 2001, cuando aún los capos sinaloenses estaban confederados con el Cártel de Juárez, para que estructurara una ofensiva en contra de "Los Zetas" en Tamulipas y Nuevo León.

En 2005 combatió a "Zetas" en Acapulco, Guerrero, para evitar su operación en la entidad, una de las plazas más importantes para los Beltrán Leyva en materia de trasiego de droga.

La PGR detectó el año pasado que Valdez Villarreal dirigía la operación de la organización en Huixquilucan, Estado de México, y la ofensiva en contra de "La Familia Michoacana".

Como operadores, el capo también conocido como "El Jefe de Jefes" contaba con Alberto Pineda Villa, "El Borrado"; y Francisco Hernández García, "El 2000".

En 2007, "El 2000" ejecutó a más de 15 policías que sobornaba por sentirse traicionado, y, aunque la PGR lo cataloga como operador de "El Barbas", desde entonces ha tenido un perfil bajo.

Uno de los hombres de más confianza del abatido líder de la organización era "El Borrado", quien junto a su hermano Marco Antonio, "El MP", controlaban las plazas de Guerrero y Morelos.

La Secretaría de Seguridad Pública estimaba que "El Borrado" traficaba ocho toneladas de cocaína en promedio mensual hacia EU; sin embargo, existen versiones que en los últimos meses había perdido la confianza de Beltrán Leyva.

Incluso, al detectar que sus células cometían secuestros y extorsiones, "El Barbas" ordenó la ejecución de Marco Antonio, cuyo cuerpo fue abandonado el 12 de septiembre con un mensaje de advertencia.