Festejó “El Teo” un día antes



Vecinos de la casona en el residencial Fidepaz en La Paz, Baja California Sur, confiaron a dos días después de la detención, la Federal dejó de vigilar el inmueble, entonces llegaron dos camionetas negras y sacaron catorce bolsas negras con pertenencias del mafioso.

Con un precio de lista de cinco millones de pesos, la residencia donde llevaba tres días refugiado Teodoro García Simental en La Paz, Baja California Sur, pero que había adquirido hacía por lo menos un año, se encuentra en una zona donde las propiedades derrochan lujo.

El interior de la mansión no desentona con la fachada y el resto de las edificaciones. Alberca al fondo, de entrada a la casa se aprecia una amplia habitación con mármol en color blanco. Columna infaltables en las residencias de los narcotraficantes, aquí están ubicadas al lado derecho sobre una pared. Después un sala en piel color blanco y mesas de cristal. Adornos de conchas.

Tirados al fondo quedaron dos carros de control remoto “Baja Quinta” que pertenecieron a un niño a quien inculcaban la afición por las carreras fuera de camino. Igual en la silla del comedor una muñeca.

En la misma habitación pero en otro ángulo, una barra. Licor, agua, dos bancos en piel negra y alfombra del mismo color en la parte trasera. También otra mesa de cristal a juego.

Divido por madera fina con cristal esmerilado, se encuentra el comedor. Enorme mesa de hierro con cristal y ocho sillas de la misma estructura pero apoltronadas con piel blanca en la sentadera. Sobre la mesa bolsitas de dulces y adornos de un cumpleaños. Y un pastel. Todavía unos globos con la leyenda “Happy B’Day” en colores rosa. Un día antes de la captura, “El Teo” había celebrado con una fiesta el cumpleaños de quien presumen es su hija. Varios regalos quedaron dispersos por la habitación al paso de los uniformados que detuvieron al narcotraficante.

En el ala contraria al comedor, la cocina. De acuerdo a un agente inmobiliario, tendría un costo de 300 mil pesos. Toditita de mármol con acero inoxidable.
Al fondo la salida hacia el traspatio donde se encuentra la alberca.

Cuatro camastros para tomar el sol y más allá una cantina de patio. Del lado izquierdo una rockola que de acuerdo a la lista de pagos encontrada en la casa, fue remodelada a un costo de 502 mil 299 pesos, de acuerdo a la cotización que para efectos hizo el negocio denominado “Casa Marché”.

De esta operación, y de acuerdo a la hoja de desglose de gastos que fue encontrada en la casa, Teodoro García Simental había entregado un anticipo de 325 mil pesos y restaba por pagar 177 mil 299, contra entrega del trabajo.

En el segundo piso de la residencia que fue última morada de “El Tres Letras”, a un lado de las escalinatas de mármol con pasamanos de hierro y cristal, en el flanco izquierdo, una pequeña oficina con muebles de caoba. Sobre el escritorio principal un maletín con papelería diversa y varios cuadros. Los agentes Federales y los de la Armada, se llevaron las imágenes para su estudio y clasificación.

También en la segunda planta, una espaciosa sala de entretenimiento con una gigante pantalla de plasma y en la parte de abajo un Xbox, algunos videojuegos, y frente a sí un sillón de piel negra.

Luego tres recámaras. La primera del lado derecho perteneció a un niño. Ya Filiberto Parra Ramos había declarado a miembros del Ejército Mexicano en Tijuana, que conoció al “Teo” porque le arreglaba los carros, y de vez en cuando le tocaba jugar con el hijo de éste, que a la fecha de la detención de “La Perra”, dijo tendría el vástago unos nueve años. Eso fue en 2009.

Y la habitación que presumiblemente perteneció a un niño en la casa del número 710 de la calle Pezvela en la colonia Fidepaz, fue decorada en tonos rojos y blancos. También su televisión de plasma pantalla 42 pulgadas. Alfombra a lo largo y ancho tiene su clóset propio, con ropa para un niño de entre los 10 y los 12 años de edad.

A un lado de esa recámara, otra para infante. Pero en este caso se ve perteneció a un niña. La cama, los muebles, la decoración es de muñecas en color azul y morado.

Igual el clóset con ropa que perteneció a una infante de entre los seis y ocho años. Todo indica que su propietaria fue la festejada el día anterior en la casona de “El Teo”, además revelaron extraoficialmente que, la hija del mafioso cumple años en febrero, sólo que por alguna razón le adelantaron el festejo.

La última recámara es la principal.

Cama king size empotrada en mueble de caoba. Ropa de mujer regada por toda la habitación, incluido el baño. La mujer que es del narcotraficante dejó atrás también una colección de perfumes de todas marcas. Ropa interior en el piso. Se completa el cuarto con un baño propio y un clóset principal, también un espacio destinado a los zapatos con capacidad para cien pares.

Pintada en tonos verdes y blancos, en la recámara donde dormía García Simental al momento de ser descubierto por las fuerzas federales, fueron encontrados fotografías, documentos y periódicos de Baja California. Las fotografías fueron tomadas por la autoridad, y algunos de los papeles fueron olvidados. Los medios quedaron estrujados en el piso.

Evidentemente “El Teo” vivía en La Paz pero su interés estaba en Tijuana.

Información recabada en La Paz, da cuenta de que la vivienda fue adquirida por el mafioso a través de un prestanombres, que Diego Raymundo Guerrero Gómez “El Ray”, con quien de hecho fue detenido, habría estado involucrado en la transacción comercial de cinco millones de pesos. Lo cual habría dejado a la Agencia Antinarcóticos de los Estados Unidos, una liga para la localización, a través de la adquisición de bienes, de García Simental. Actualmente se sigue una línea de indagación en ese sentido, que podría llevar a las autoridades hacia otras propiedades en Baja California Sur y Baja California, donde personas allegadas a Edgardo Leyva Escandón, habrían participado en la adquisición inmobiliaria.

Leyva fue quien se encargó de la compra del yate en el que fue capturado Francisco Javier Arellano Félix, en aguas internacionales frente a La Paz, Baja California Sur.
En el exterior la casa donde vivía “El Teo”, no contaba con los sofisticados sistemas de seguridad para resguardar a un narcotraficante.

Ni cámaras de seguridad, ni barda perimetral. Tampoco guardias, escoltas armados o sensores. La confianza del capo en la impunidad que le fue provista en La Paz, le permitió conservar en lugar de aparatos de seguridad un enorme jardín de bienvenida con césped y más de diez palmeras de diferentes tamaños.

Aunque en las primeras horas posteriores a la aprehensión de García Simental la casa fue resguardada por elementos de la Policía Federal, dos días después ésta lucía sola. Abandonada. Ni siquiera le fueron puestos sellos de aseguramiento. Menos cintas amarillas para proteger el perímetro a curiosos, vecinos y familiares del mafioso.

De hecho el inmueble prácticamente está abierto, pues los Marinos y Federales utilizaron un aparato especial para detonar los seguros de la puerta y ésta quedó deshecha. Incluso, comentaron los investigadores, el sonido de esa herramienta fue la explosión que los vecinos escucharon, pues el aparato funciona a base de presión para botar los seguros y asegurar la entrada al inmueble.

Este abandono oficial sobre la casa que fue último refugio del narcotraficante inquieta a los vecinos del residencial Fidepaz, pues comentaron que sólo dos días después de la detención, y ante la disminución de la vigilancia oficial:
“Vinieron dos camionetas negras y sacaron 14 maletas negras de adentro llenas de cosas, no sé qué llevaban, pero han de ser cosas de valor; no sé si eran familiares o amigos o personas que trabajaban para él, pero sí se llevaron varias cosas”, dijo un vecino antes del anochecer.

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