¡¡14, 14 nos están efectuando 28´s, en código manden la Coca Romeo hay 55´s!!, fueron las primeras palabras que se escuchaban por el radio Matra de la Policía Ministerial del Estado durante el atentado contra el Comandante Jorge Constantino Sajarópulos Corona y sus escoltas.
Los gritos de auxilio estremecieron a los empleados de la Procuraduría General de Justicia del Estado que se hallaban laborando en esos momentos.
La mañana había estado tranquila, pero instantes después de las 11:00 horas, el silencio en la Procuraduría fue interrumpido por el radio base, donde se escuchaba pedir ayuda (14) al Z-8 (comandante), debido a que sus compañeros habían quedado heridos durante el atentado a la altura de Las Brisas, Guasave.
"Nos están disparando mándennos ayuda, ¡¡Pronto, tenemos heridos, pronto!!, Plebes de Guamúchil, 14, manden el helicóptero", seguía solicitando ayuda el comandante de la PME, sin tener una respuesta del C-4.
"¿Qué pasa?, Están matando a los plebes. ¡No puede ser, y no les mandan ayuda!, comentaba una las empleadas de la PGJE mientras escuchaba por radio la voz desesperada de Sajarópulos.
La impotencia de los empleados de la PGJE se hallaba a flor de piel, rodeando el radio base, lamentaban la falta de reacción de los compañeros y del propio director de la PME que nunca se escuchó hablar por la frecuencia policial.
El comandante y sus escoltas regresaban a Guamúchil procedentes de Los Mochis, donde un día antes había sido asignado.
Desesperado seguía gritando en medio del tiroteo.
¡Por favor muevan la móvil, somos nosotros, de 14 lleguen aquí al lugar ching... plebes de Guamúchil!, se escuchaba gritar.
¡Manden la Cruz Roja, estamos aquí, por amor de Dios ayúdennos!.
La espera era eterna.
"Manden la Coca Romeo (Cruz Roja) hay 55´s (heridos)", pedía el comandante, mientras otra voz decía: "C-4 muévele ahí, rápido la Cruz Roja, el Boludo hombre, cómo tardan".
Por radio contestaba C-4:
"Mire la Coca Romeo ya está enterada y le pasa 9 (novedad) a los 64 (agentes) que están esperando 19 (orden) para llegar".
¿Si no les autorizan, no van a dar apoyo, imagínense?, pregunta una empleada.
"Métele código al apoyo, por favor.
Hagan 27 (contacto) con el Z-8, en código", señala otro jefe policiaco. "La metro (municipal ya va haciendo uno (servicio) al lugar de los 28 (disparos), la Cruz Roja y los Guachos", contesta C-4.
El silencio de los que escuchan el radio en la PGJE continúa, hasta que C-4 confirma que los agentes de la PEP están llegando al lugar y que los helicópteros van pasando por Pericos.
Minutos después. ¡Los ecos, los ecos C-4, la Coca Romeo, el Brígido y el Escalante están 70 (graves), apúrense ayúdennos!, vuelve a pedir Sajarópulos Corona.
"¿Ya está la estatal, ya la tiene a la vista, Comandante?. ¿La Coca Romeo, en el lugar ya la ubica, comandante?", pregunta la radio operadora de C-4.
Sajarópulos Corona confirma por radio la llegada de varias unidades y pide que muevan las patrullas, y demanda que la pronta llegada de la ambulancia de la Cruz Roja.
A eso de las 11:30 horas llegan al lugar del atentado varios grupos, dos helicópteros del Gobierno del Estado, quienes auxilian a los dos agentes heridos y los trasladan a la capital del estado.
Los gatilleros ya habían escapado.
Los gritos de auxilio estremecieron a los empleados de la Procuraduría General de Justicia del Estado que se hallaban laborando en esos momentos.
La mañana había estado tranquila, pero instantes después de las 11:00 horas, el silencio en la Procuraduría fue interrumpido por el radio base, donde se escuchaba pedir ayuda (14) al Z-8 (comandante), debido a que sus compañeros habían quedado heridos durante el atentado a la altura de Las Brisas, Guasave.
"Nos están disparando mándennos ayuda, ¡¡Pronto, tenemos heridos, pronto!!, Plebes de Guamúchil, 14, manden el helicóptero", seguía solicitando ayuda el comandante de la PME, sin tener una respuesta del C-4.
"¿Qué pasa?, Están matando a los plebes. ¡No puede ser, y no les mandan ayuda!, comentaba una las empleadas de la PGJE mientras escuchaba por radio la voz desesperada de Sajarópulos.
La impotencia de los empleados de la PGJE se hallaba a flor de piel, rodeando el radio base, lamentaban la falta de reacción de los compañeros y del propio director de la PME que nunca se escuchó hablar por la frecuencia policial.
El comandante y sus escoltas regresaban a Guamúchil procedentes de Los Mochis, donde un día antes había sido asignado.
Desesperado seguía gritando en medio del tiroteo.
¡Por favor muevan la móvil, somos nosotros, de 14 lleguen aquí al lugar ching... plebes de Guamúchil!, se escuchaba gritar.
¡Manden la Cruz Roja, estamos aquí, por amor de Dios ayúdennos!.
La espera era eterna.
"Manden la Coca Romeo (Cruz Roja) hay 55´s (heridos)", pedía el comandante, mientras otra voz decía: "C-4 muévele ahí, rápido la Cruz Roja, el Boludo hombre, cómo tardan".
Por radio contestaba C-4:
"Mire la Coca Romeo ya está enterada y le pasa 9 (novedad) a los 64 (agentes) que están esperando 19 (orden) para llegar".
¿Si no les autorizan, no van a dar apoyo, imagínense?, pregunta una empleada.
"Métele código al apoyo, por favor.
Hagan 27 (contacto) con el Z-8, en código", señala otro jefe policiaco. "La metro (municipal ya va haciendo uno (servicio) al lugar de los 28 (disparos), la Cruz Roja y los Guachos", contesta C-4.
El silencio de los que escuchan el radio en la PGJE continúa, hasta que C-4 confirma que los agentes de la PEP están llegando al lugar y que los helicópteros van pasando por Pericos.
Minutos después. ¡Los ecos, los ecos C-4, la Coca Romeo, el Brígido y el Escalante están 70 (graves), apúrense ayúdennos!, vuelve a pedir Sajarópulos Corona.
"¿Ya está la estatal, ya la tiene a la vista, Comandante?. ¿La Coca Romeo, en el lugar ya la ubica, comandante?", pregunta la radio operadora de C-4.
Sajarópulos Corona confirma por radio la llegada de varias unidades y pide que muevan las patrullas, y demanda que la pronta llegada de la ambulancia de la Cruz Roja.
A eso de las 11:30 horas llegan al lugar del atentado varios grupos, dos helicópteros del Gobierno del Estado, quienes auxilian a los dos agentes heridos y los trasladan a la capital del estado.
Los gatilleros ya habían escapado.
1 comentarios:
ESE COMANDANTE ERA UNA MAQUINA, MUY BUENA PERSONA Y MUY VALIENTE, FELICIDADES COMANDANTE
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