En la cadena de hechos sangrientos que sacuden a la capital del país, dos hombres fueron ejecutados ayer por la noche de por lo menos una docena de impactos de bala de grueso calibre que recibieron en plena cara, el pecho y hombros, luego de ser sorprendidos cuando circulaban a bordo de una lujosa camioneta en calles de la Delegación Iztapalapa.
De acuerdo con informes de elementos de la policía capitalina que llegaron al lugar, los ahora occisos no tuvieron tiempo de nada, ya que al ser acribillados murieron en el acto en los asientos delanteros del vehículo, y extraoficialmente se dijo que eran -al parecer- agentes federales, pero las autoridades mantenían mucho hermetismo ya entrada la noche.
Los ahora occisos vestían ambos camisas azules de diferentes tonalidades y pantalones de mezclilla, ropa que quedó toda ensangrentada, igual que los cuerpos; ambos ejecutados eran de aproximadamente 40 años de edad y quedaron dentro de la camioneta verde, Honda Pilot, con placas FZK-67-89, del Estado de Durango, y las autoridades del Ministerio Público tardaron varias horas en llegar al lugar de los hechos, frente al número 7 del Eje 5 Sur.
Luego de las inspecciones del lugar y de las labores periciales, alrededor de las 22:00 horas los cuerpos fueron trasladados con todo y camioneta rumbo a las instalaciones del Ministerio Público de la demarcación, donde se iniciaron las investigaciones correspondientes.
Las autoridades ministeriales, periciales y judiciales adscritas a la Delegación Iztapalapa, encontraron por lo menos una decena y media de cartuchos percutidos, presuntamente de calibre .9 o .38 milímetros Super, y también había cuatro armas largas; las autoridades tratan de determinar si eran de los ahora occiso o de los victimarios que las dejaron, a fin de deshacerse de los instrumentos del crimen.
Los elementos de la policía capitalina que llegaron al lugar de los hechos informaron que este crimen ocurrió al caer la noche de ayer, pero no pudieron enterarse de la identidad de los ahora occisos, ya que ésta era mantenida en reserva por las autoridades judiciales.
Los cuerpos presentaban diversos impactos de bala en pecho, rostro y cabeza, lo que demuestra la saña que fue empleada contra los desafortunados, pues los asesinos materiales querían estar seguros de su muerte.
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